“El capitalismo pone en vilo la continuidad de la especie y la vida”

18/07/2015

La Verdad (Junín)
CÁTEDRA DE COOPERATIVISMO

Palabras del Secretario de Relaciones Internacionales del PSol y presidente de Idelcoop, Ángel Petriella, en la inauguración de la cátedra en la UNNOBA.

En la inauguración oficial de la Cátedra libre de cooperativismo y economía social que se desarrollará durante el año en la Universidad Nacional del Noroeste de Buenos Aires (UNNOBA), Ángel Petriella, Secretario de Relaciones Internacionales del Partido Solidario (PSol) y presidente de Idelcoop, instituto de investigación y capacitación cooperativa, destacó que “hoy no cabe duda que no solo en nuestro país sino en la región los gobiernos de nuevo signo han roto con el paradigma neoliberal” y que en el marco de estos procesos “el cooperativismo está convocado a ser parte de la construcción de nuevos modelos de organización social”.

Petriella es licenciado en Sociología, egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y Doctor en Sociología de la Universidad de Belgrano. Además, se desempeña como profesor titular de Sociología de las Organizaciones de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y profesor extranjero invitado de la Universidad de La Habana; colaborador del Centro de Estudios de Técnicas de Dirección -CETED, Universidad de La Habana; y autor de los libros Fusión y cambio organizacional; Organizaciones y Poder; y Cooperativismo, ayer, hoy y siempre.

¿Usted comenzó su charla en la UNNOBA refiriendo a una crisis mundial?

Efectivamente, la actual crisis global, multidimensional y denominada por algunos analistas como civilizacional del sistema capitalista a escala mundial, muestra hoy el agotamiento de este modelo en el cual la política está llamada a ser un convidado de piedra. Y los indicadores de esto son el aumento de la desigualdad en los países ricos que marca el último informe de la OCDE, la pérdida de poder de los estados frente a una extraordinaria concentración de la riqueza y el creciente poder de los organismos internacionales que promueven las políticas neoliberales, aún en Europa, territorio en donde subsistía el Estado de bienestar con ciertas políticas sociales y regulatorias. El modelo de desarrollo más extendido en el planeta está montado en una lógica predadora que pone en vilo la continuidad de la especie y la vida en el planeta.

¿En el marco de la crisis mundial que usted describe se habla de la región con un tono distintivo?

Sí, desde el triunfo de Hugo Chávez Frías en 1998 en Venezuela se inició en el plano regional y mundial un verdadero cambio de ciclo. Emergieron un conjunto de nuevos gobiernos que reimpulsaron el proyecto de Patria Grande, soñado por Bolívar y San Martín hace 200 años. Este camino de integración resulta ser un gigantesco desafío integral que avanzó hasta hoy a niveles impensados apenas una década atrás: la ampliación del MERCOSUR, la creación de UNASUR y CELAC, el ALBA resultan ser la expresión institucional de un nuevo momento histórico para el continente. Este proceso unitario -que se ralentizó tras las muertes de Néstor Kirchner y Hugo Chávez- avanza sin embargo no sin tensiones ni dificultades. Muchos gobiernos de la región han impulsado políticas públicas que han procurado reparar los efectos del neoliberal-conservadurismo.

En América Latina se viene consolidando un nuevo patrón de pensamiento. El tema sustancial es el de la puesta en valor de los Estados y las complementariedades de la integración regional, y desde aquí debemos aportar a la construcción de un orden mundial que pueda superar las injusticias inadmisibles de dinámicas mercantiles con políticas públicas.

En el marco de los procesos de ruptura con la herencia neoliberal en América Latina es donde nosotros decimos que el cooperativismo está convocado a ser parte de la construcción de nuevos modelos de organización social. En los casos de Venezuela, Ecuador y Bolivia la Constitución de los tres países reconoce al cooperativismo como un modelo de organización económica de la sociedad.

¿Y qué función cumplirían las cooperativas en este proceso?

Las cooperativas son ampliamente reconocidas por sus aportes al valor añadido social mediante el empleo, la cohesión social, la oferta de servicios públicos y comunitarios, la generación de tejido social y económico, el desarrollo de la democracia, la innovación social y el desarrollo local.

Es reconocido este sector como portador de un estilo de desarrollo que confiere primacía a las personas, con la capacidad para generar nuevas oportunidades así como mitigar desequilibrios sociales y económicos.

En Argentina las cooperativas están presentes en las 24 jurisdicciones en las que se organiza el territorio nacional, a través de 19.016 entidades y 9,6 millones de cooperativistas urbanos y rurales; en un país de cuarenta millones de habitantes.

La cantidad de cooperativas ha crecido en forma sostenida en los últimos años, pasando de 12.760 entidades en junio de 2008 a 19.016 en septiembre de 2011, o sea, un crecimiento del 49%. Los avances en la organización del sector pueden observarse a través de la cantidad de federaciones conformadas en los últimos años, destacándose en este proceso el sector de cooperativas de trabajo.

Este camino de soluciones reivindica a la organización cooperativa como una herramienta apta para el desarrollo de actividades económicas que satisfagan necesidades sociales, pero también como espacios de democracia participativa; además de actuar como escuela de responsabilidad social y generar organizaciones dinamizadoras de cooperación nacional, regional y mundial.

Luego de un cuarto de siglo de barbarie neoliberal, los pueblos se despiertan. Los de Nuestra América han marcado una dirección en este nuevo tiempo, y nos planteamos un futuro que asuma las asignaturas pendientes que no pudieron resolver los luchadores del pasado.

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