Paraísos de lo oculto

23/04/2016

La Tecl@ Eñe - Revista Digital de Cultura y Política | Opinión
Por Carlos Heller

panama

Las repercusiones de los “Papeles de Panamá” recién están comenzando a observarse. La investigación muestra sólo la punta de una gran madeja de estudios y asesores dedicados a crear sociedades offshore (extraterritoriales) en las guaridas fiscales.

El suceso llama la atención por dos motivos: por un lado, las implicancias que el mismo tiene sobre la transparencia de las cuentas de gran cantidad de funcionarios y empresarios argentinos, comenzando con el más encumbrado, Mauricio Macri. El otro motivo de reflexión es el tratamiento que se le ha dado a este tema en los medios concentrados argentinos, respecto al que se le otorga en otros países.

Desde el macrismo se repite incansablemente que “constituir una sociedad en un paraíso fiscal no constituye ningún delito en sí mismo”, cuando, al mismo tiempo, justifican estas operaciones sosteniendo que el mundo offshore es “una amplia industria global de banqueros, abogados, contadores y otros intermediarios que trabajan coordinados para proteger los secretos financieros de sus clientes”. Y allí está el tema: el secretismo es esencial para ocultar en las cuentas abiertas en guaridas fiscales el origen de los fondos mal habidos. No es casualidad que muchas compañías extraterritoriales posean, por todo capital, menos de U$S 1.000.

En ese marco, la discusión no pasa por si Macri fue o no accionista de Fleg Trading. Fue su director y el asunto es qué negocios se gestionaron a través de esa empresa.

Las guaridas fiscales se caracterizan por la existencia de un régimen fiscal beneficioso con bajas o nulas tasas impositivas y la falta de regulación de instrumentos financieros y estructuras legales. En la gran mayoría de los casos, la apertura de sociedades allí se realiza para cometer evasión o elusión fiscal y blanquear activos provenientes de diversos delitos. Además, las guaridas proveen confidencialidad de la información, garantizando secreto bancario y fiscal.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, mencionó la existencia de un edificio en las Islas Caimán (consideradas guarida fiscal) que alberga a 12 mil empresas, reflexionando que: “o es el edificio más grande del mundo o es la estafa impositiva más grande del mundo”.

Luego de varios días de irrupción del escándalo de los Papeles de Panamá, La Nación informó sobre las cuentas abiertas a nombre de importantes empresarios argentinos, quienes recurrieron a inversiones offshore “por las restricciones derivadas del cepo y las «trabas al comercio» en la Argentina, por oportunidades de inversión y hasta por la incertidumbre electoral de 2015, pero también por las «facilidades operativas» y los «bajos costos» que ofrecen esos paraísos fiscales”, según relata el diario mitrista, que no tiene en cuenta que muchas de las cuentas fueron abiertas antes de 2001. No es un dato menor que el matutino se refiera a las “guaridas fiscales” como “paraísos”, tratando de disimular la carga negativa de su correcta denominación. Lo llamativo es que, según relata La Nación, “en el caso de los empresarios argentinos detectados, todos afirman que informaron sobre sus operaciones -o están aún a tiempo de informar a la AFIP”. El subrayado en la cita es propio, para destacar ese categórico “todos” que universaliza el manto de legalidad con el que se los intenta cubrir.

El artículo se preocupa por dar una cantidad de razones valederas (y legales) sobre la propiedad de estas cuentas, pero no puede dejar de detallar que muchas de ellas están abiertas en las Islas Vírgenes Británicas, que con una población de 19.000 habitantes tiene registradas unas 830.000 compañías, lo que daría una tasa de ¡43 compañías per cápita!

Esta postura generosa de los medios argentinos sobre las cuentas abiertas en las guaridas fiscales colisiona frontalmente con la postura de los países centrales. Por ejemplo, la Comisión Noruega Independiente sobre Fuga de Capitales desde los países en desarrollo (NORAD), en un documento publicado por la OCDE, recopila varias definiciones sobre las guaridas fiscales: 1- Facilitan la corrupción y el delito económico (Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito UNODC); 2- Desestabilizan el sistema financiero al ocultar los riesgos (Consejo de Estabilidad Financiera FSB); 3- Facilitan la evasión impositiva y la elusión. Ocultan los riesgos (OCDE y Unión Europea); 4- Facilitan el financiamiento del terrorismo. Fomentan el lavado de dinero y los ingresos por tráfico de drogas (Grupo de acción financiera contra el bloqueo de capitales FATF) y FMI. 5- El FATF define que “es esencial proteger a las finanzas públicas y los estándares internacionales contra los riesgos que representan las jurisdicciones no cooperativas (guaridas fiscales)”.

La existencia de las guaridas fiscales, y de las cuentas abiertas en ellas, es también responsable de la aguda concentración de la riqueza a nivel mundial. El estudio de NORAD indica que “sólo el 5% de la gente rica que efectúa depósitos en las guaridas fiscales los declara”. Un dato demoledor.

Según estudios de Oxfam (2016) los paraísos fiscales esconden U$S 7,6 billones de fortunas individuales, una cantidad superior al PIB del Reino Unido y Alemania juntos.

Para la Cepal, la evasión de impuestos sobre la renta personal, corporativa y del IVA le cuesta a América Latina y el Caribe más de US$ 320.000 millones al año, es decir 6,3% del PIB, mientras indica que, en nuestra región, el 10% más rico posee el 71% de la riqueza y tributa sólo el 5,4% de su renta.

Es un fenómeno institucionalizado en el mundo que se debe erradicar, lo cual no resulta fácil puesto que la mayoría de las guaridas fiscales se encuentra en territorios de países desarrollados, como Delaware en EEUU o la Isla de Man en Gran Bretaña.

En nuestro país se requiere continuar con el importante trabajo desarrollado por la “Comisión Bicameral Investigadora de Instrumentos Bancarios y Financieros destinados a facilitar la Evasión de Tributos y la consecuente Salida de Divisas del País”, cuyo informe resultó muy claro respecto a la complejidad de las cuestiones abordadas y los desafíos pendientes. Se comenzó a estudiar un entramado que involucra no sólo a los evasores -y por ende beneficiarios de las “irregularidades impositivas”- sino también a las denominadas “plataformas financieras” que ofician de intermediarias al ofrecer los canales necesarios para fugar divisas hacia las guaridas fiscales.

Queda mucho por hacer. Filtraciones como los “Papeles de Panamá” o la “Lista Falciani” dan prueba de la existencia de estas operaciones a gran escala. Por ello, debería constituirse una nueva comisión investigadora, con los mismos objetivos de la que ha finalizado su mandato en 2015, similar composición y un plazo mayor de funcionamiento, para que las operaciones en las guaridas fiscales sean un motivo de investigación profunda, de forma tal de exponer los graves perjuicios que la gran mayoría de estas cuentas extraterritoriales genera a la economía argentina y a su sociedad.

Como broche para esta nota, el viernes 22 de abril se realizó el pago a los fondos buitre, comenzando por el fondo Dart, de Paul Singer: por supuesto, acreditándolo en su cuenta abierta en las Islas Caimán. De tal forma, las autoridades nunca sabrán qué destino se le dará a este pago.

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