Un buen balance

08/01/2011

08/01/2011 Revista Debate - Nota

La creación de un nuevo espacio político y una labor parlamentaria basada en la visión global del proceso de cambio iniciado en 2003.

Por Carlos Heller

El año nuevo siempre invita a hacer balances. Quiero con esta nota enviar un saludo alusivo a las fiestas de fin de año a los lectores de Debate y compartir algunas líneas que pasan revista a lo efectuado durante el año, específicamente, desde mi labor parlamentaria. Es una forma también de poner en consideración lo actuado, no como un acto de vanidad sino como una obligación del representante para con sus representados. Así como lo he realizado en infinidad de actos y reuniones, parece oportuno también hacerlo desde esta columna.

En primer lugar, tiene gran importancia, para nuestra visión política, el haber armado un bloque, Nuevo Encuentro Popular y Solidario, junto con Encuentro por la Democracia y la Equidad, el partido de Martín Sabbatella y Vilma Ibarra, y el socialismo de Jorge Rivas y Ariel Basteiro. Este hecho, además de configurar el valor agregado que toda coincidencia orgánica tiene en el ámbito parlamentario, produjo una novedad que es casi una innovación: desde el bloque se crearon las condiciones para formar una fuerza política a nivel nacional, tarea en la que estamos totalmente abocados. En síntesis, podría afirmar que el primer gran hecho positivo es que la diputación fue un camino por el cual se crearon las condiciones para la construcción de un espacio político.

En cuanto a la tarea específicamente parlamentaria, el rasgo fundamental es que hicimos lo que dijimos que íbamos a hacer en caso de ser elegidos. A partir de un análisis concreto de cada situación, apoyamos sin reservas todo lo que había que apoyar, y tratamos de preservar siempre la identidad. Como todos saben, la Ley de Servicios Financieros fue el caballito de batalla de mi campaña. Este proyecto fue presentado en abril de 2010, a cuatro meses de haber asumido mi banca.

Luego de un año de arduo trabajo, puedo decir, con satisfacción, que hemos logrado posicionar el proyecto en la sociedad. Al día de hoy, recogimos más de 550 mil firmas de la ciudadanía en apoyo al proyecto y más de tres mil adhesiones institucionales, como Cámaras Empresarias, Cooperativas de otras ramas, Mutuales, Legislaturas provinciales y Consejos deliberantes, Intendentes y múltiples organizaciones sociales.

En concordancia con el Proyecto de Ley de Servicios Financieros, también hemos presentado el proyecto de reforma de la Carta Orgánica del Banco Central. Este proyecto es sumamente importante para devolverle al BCRA todas las facultades que tenía y le fueron despojadas, en 1992, bajo la gestión de Carlos Menem y Domingo Cavallo. Se define el objeto del BCRA del siguiente modo: “Preservar el rol de la moneda en consonancia con un elevado nivel de empleo y un de-sarrollo económico sustentable con sentido social y equidad distributiva, y garantizar la estabilidad del sistema financiero”. Para cumplir con su objetivo, creemos que el BCRA debe tener capacidad de otorgar redescuentos, de orientar el crédito, de regular tasas de interés, etcétera. A los efectos de que la acción del Banco Central se desarrolle en consonancia con los lineamientos de la política económica del gobierno nacional, se propone la creación de un consejo de políticas monetarias, financieras y cambiarias.

Además de los temas vinculados con el funcionamiento del sistema financiero, hemos presentado varios proyectos muy importantes, como la modificación del Código Procesal de la Nación en la tramitación de causas por violación de los derechos humanos cometidas con anterioridad al 10 de diciembre de 1983. Se trata de incorporar normas que permitan afrontar las causas en plazos razonables. Básicamente, lo que proponemos es la concentración de expedientes de causas por hechos acaecidos en un mismo centro clandestino de detención o que integren un mismo circuito represivo superando la actual regla procesal de hacerlo a través del departamento judicial, y en cada jurisdicción provincial.

La “asignación única por trabajos y obras en reconocimiento a escritores” (en su acrónimo Autores), es un proyecto que pretende retribuir a los escritores su aporte a la cultura nacional y, al mismo tiempo, reparar las situaciones de injusticia y de descuido que muchos de ellos han padecido y siguen padeciendo. Se trata de una asignación mensual, de carácter personal, intransferible y vitalicia, es decir, una jubilación equivalente a tres veces el haber mínimo de las prestaciones. Por supuesto que habrá ciertos requisitos para poder percibirla, como poseer una edad mínima (equivalente a la jubilatoria), que el autor tenga una trayectoria pública y constante en la creación literaria no inferior a veinte años, o que haya publicado como mínimo cinco libros de creación propia, o diez incluyendo coautoría artística, que haya realizado como mínimo aportes por quince años de manera continua o alternada al sistema único de la seguridad social, entre otros. En definitiva, se trata de reconocerle el derecho a quienes tienen el derecho.

Otra de mis promesas de campaña, que está íntimamente ligada a los cambios en el sistema financiero, es el proyecto de ley marco para las pymes. Estamos convencidos de que las mismas son fundamentales para democratizar la economía, por ello planteamos que no pueden ser tratadas con las mismas leyes que a las grandes empresas sino que requieren tratamiento particular, tanto impositivo como previsional. En este sentido, es necesario crear mecanismos que fomenten el compre pyme, así como alguna vez hicimos el Compre Argentino, para que el Estado le dé prioridad a las compras a pequeñas y medianas empresas. Si se fomenta la pyme, se fomenta el empleo, y si se fomenta el empleo, se combate la pobreza. Este proyecto está muy avanzado y, en breve, lo estaremos presentando. También hay otro proyecto que podríamos ponerlo cercano a éste, en el que aún estamos trabajando. Es un proyecto de primer empleo para que los jóvenes consigan trabajo digno, una manera de combatir, por ejemplo, la tercerización, que es una ventana por la que mucha gente entra al mercado laboral.

Proyectos

A nivel bloque también hemos presentado varios proyectos, entre ellos, el de Matrimonio Igualitario, un régimen de acceso a la información pública, la extensión en su alcance de la Asignación Universal por Hijo, una prórroga en las facultades delegadas establecidas en la Ley de Hidrocarburos, y la creación de un Fideicomiso Ciego con enajenación de bienes para autoridades públicas electas. En línea con el histórico reclamo de la Central de Trabajadores Argentinos presentamos un proyecto sobre libertad sindical que establece una serie de modificaciones a la Ley 23.551 de Asociaciones Profesionales, a fin de adecuar las condiciones y funciones con las necesidades de una sociedad democrática. Presentamos un proyecto de acceso a la información pública que establece que, para solicitar información, no se deberá explicitar los motivos del pedido y amplía los sujetos obligados a responder consultas. También hemos presentado el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo para poner fin a una situación de desamparo que afecta particular y gravemente a las mujeres pobres, legalizando el aborto seguro y gratuito hasta la semana catorce de gestación. Asimismo, hemos presentado el proyecto de licencias por maternidad y paternidad, proponiendo extender las licencias posparto a noventa días para las madres y quince días para los padres, ampliándose además para los casos de adopción.

Nuestra labor parlamentaria está basada en una visión global del proceso político argentino iniciado en 2003. No tenemos dudas de que hay que consolidar el rol del Estado como factor estratégico de desarrollo económico con redistribución de la riqueza y eliminación de la pobreza, con políticas activas que promuevan el crecimiento del mercado interno, con políticas tributarias progresivas que graven las rentas extraordinarias y las actividades económicas de mayor rentabilidad, con integración latinoamericana, con democracia participativa y derechos humanos. Pero también hay que decir que, todo eso, significa grados de tensión y conflictividad. Redistribuir significa impactar en intereses de grupos sociales que han sido históricamente hegemónicos y que siguen teniendo gran poder. Y para eso, además de tener fuerza parlamentaria, hay que tener respaldo social de las grandes mayorías de nuestro país. Esta visión estratégica es la que sustenta la coherencia de nuestro bloque a la hora de definir la contradicción fundamental de todo proceso político, y a partir de allí saber quiénes son enemigos, adversarios circunstanciales y compañeros de ruta dentro de la unidad en la diversidad.

A lo largo de nuestra campaña electoral, en 2009, decíamos que lo que estaba en juego era la posibilidad que tendría el gobierno actual, en los dos años siguientes, para avanzar o no en el sentido de las reformas que el país necesita. Para entenderlo, basta con revisar lo que han sido los debates alrededor de los temas que tienen que ver con el modelo de acumulación y distribución. Es el famoso tema del vaso medio lleno o medio vacío. Estoy convencido de que hay que consolidar todo lo que se ha hecho bien, corregir los errores cometidos y avanzar en todo lo que aún falta para lograr un modelo de país de todos y para todos, con más democracia participativa, justicia social y desarrollo económico y social sustentable. Los proyectos elaborados por nuestro bloque están alineados en esta concepción de la actividad parlamentaria y apuntan a contribuir, desde la actividad específica que nos compete, a fortalecer la democracia al servicio del interés y bienestar de nuestro pueblo.