El Gobierno quiere aprovechar el respaldo político para avanzar en la reforma del sistema financiero

22/08/2011

2/08/2011 BAE - Nota - Argentina - Pag. 2

Los banqueros rechazan el proyecto de Heller y apuestan por el de Milman

 

 

La propuesta del diputado de Nuevo Encuentro, afín al oficialismo, define al sistema financiero como “un servicio público”. La idea genera rechazo incluso dentro del Gobierno.

en las elecciones primarias gatilló algunas discusiones que se creían olvidadas. Una de ellas es la posibilidad de reformar la Ley de Entidades Financieras, que volvió a ser tema de conversación en los despachos de la Casa Rosada, donde confrontan las diferentes miradas sobre hasta dónde avanzar en las modificaciones al sistema vigente.

Allí está anclado el debate, que cuenta con la resistencia del sector bancario, y un lobby muy activo de parte de un grupo de banqueros locales, y con distintas posiciones dentro de la mesa chica del Gobierno.

Dos fuentes oficiales reconocieron a BAE que después del resultado electoral el tema volvió a estar sobre la mesa de discusión. La sola discusión de la norma, una de las primeras normas que modificó la última dictadura y que fue fundamental para cambiar el entramado económico de la Argentina, encendió las luces de alarma en el sector financiero. La respuesta fue casi inmediata y algunos banqueros ya empezaron a buscar alternativas al proyecto del diputado Carlos Heller (Nuevo Encuentro), que propone que el sistema financiero tenga las características de un “servicio público” y un marcado sesgo de financiamiento a la industria.

TEMORES. Pero esa preocupación no está sólo entre los banqueros privados.

Hay algunos hombres del Gobierno con peso en el sector financiero que creen que esa definición –servicio público– genera una serie de obligaciones que condicionarían a los bancos, reconocieron ante este diario. Allí está el mayor temor que genera la propuesta de Heller, que fue presentada ante el Congreso con la venia del Gobierno.

Sin embargo, la propuesta del banquero genera simpatías como también provocó rechazos dentro del bloque legislativo del oficialismo porque no todos están de acuerdo con avanzar sobre un sector que no dejó de crecer, aun en medio de la crisis que detonó en 2008 por el lado de las hipotecas basura. Con la nueva vuelta de tuerca de aquel estallido, que incluso había dejado en suspenso la decisión de la administración central de renegociar la deuda con el Club de París, los bancos tampoco parecen haber sido golpeados en la Argentina: “La actividad bancaria se expandió un 16,8% anual”, indicó el Índice General de Actividad de julio elaborado por Orlando Ferreres. Se trató, como bien marcó el economista, del sector de la economía que mejor performance tuvo, bien por encima del promedio, que marcó 5,6 por ciento.

La propuesta de Heller incluye, además, un límite para que ninguna entidad tenga más del 10% del mercado –el control estaría en manos del Banco Central– y obliga a lo bancos a orientar el 43% de la cartera a pymes y crédito hipotecario, regula las tasas de interés y establece criterios más restrictivos para la actuación de los bancos de capital extranjero en el país, algunos de los cuales estaban vigentes en la norma que sepultó la dictadura.

CONTRAOFERTA. Frente a esa iniciativa aparecieron otros dos proyectos que comenzaron a debatirse en la Comisión de Finanzas de la Cámara baja: uno de Federico Pinedo (PRO) y de Gerardo Milman (GEN). Ninguno propone una regulación del tipo que plantea Heller y los banqueros rápidamente se inclinaron por el texto de Milman, incluso almorzaron con él y le propusieron algunos cambios, que fueron aceptados por el diputado.

Entre ellos, la posibilidad de que se universalice el uso de las cajas de ahorro.

Las diferencias son importantes e implican la decisión de hacer cambios de forma o de fondo. Pero, en el Gobierno, hay algunos asesores económicos que sostienen que antes de cambiar la Ley de Entidades Financieras hay que avanzar con la modificación de la Carta Orgánica del Banco Central (ver recuadro), que fue cambiada en los ’90 y concentró los objetivos de la entidad en “preservar el valor de la moneda”.

Ese cambio de la norma que rige a la autoridad monetaria “es condición necesaria para mejorar el sistema financiero”, afirmó a este diario otra fuente consultada.

CARTA ORGÁNICA

El Banco Central como regulador del crédito

Regular y dinamizar el crédito podría lograrse sin apelar a una reforma de la Ley de Entidades Financieras pero implicaría dar por tierra con la modificación de la Carta Orgánica que se realizó durante el gobierno de Carlos Menem. Así lo evalúan algunos integrantes del oficialismo que conocen de cerca el sistema bancario. Eso permitiría desandar el camino que comenzó en marzo de 1976 y se perfeccionó en los noventa con la destrucción del texto aprobado durante la administración de Héctor Cámpora.

“Lo central es definir claramente el rol de la entidad y que pueda penalizar determinados comportamientos y fijar tasas máximas de interés. La actual Carta Orgánica se parece más a lo que dice Alfonso de Prat Gay sobre la poca intervención en el mercado que a lo que necesitamos ahora”, señaló la fuente consultada por este diario.

En ese sentido, evaluó que lo que se necesita es una modificación que vaya más allá del proyecto que presentó la actual titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, cuando era diputada y que nunca prosperó. Esa iniciativa proponía cambiar el objeto de la entidad: que además de ocuparse de cuidar la moneda procure el crecimiento de la economía y el empleo.