El debate por el “Costo Córdoba”

29/10/2021
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Por Eduardo Fernández | Diputado Nacional por Córdoba | Frente de Todos

Presidente del Partido Solidario Córdoba

Es cierto que las y los cordobeses pagamos tarifas altísimas por la electricidad, y lo vivenciamos a diario tanto usuarios residenciales como las PyMEs, las cooperativas y los comercios. También es cierto que en nuestra provincia sólo se buscó ajustar y que la gestión de Hacemos por Córdoba nunca le dio prioridad a la construcción de una política en materia energética que fortalezca el rol del Estado para poner a disposición de la producción, el trabajo y los usuarios en general.

Al contrario, no hay inversión en nuevas tecnologías, ni la voluntad de trabajar en pos de la diversificación de la matriz energética, ni la decisión de generar más infraestructura. Testigo de ello es el sindicato de Luz y Fuerza, que ha denunciado en diferentes momentos el vaciamiento de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (Epec) y el intento de privatizar la misma.

Con qué legitimidad, un gobernador que está vaciando la empresa estatal que le toca administrar, acusa a una gestión nacional de “discriminar” a su distrito; más aún, teniendo en cuenta que compra la energía al mismo precio que todos los distritos del país. No sólo es poco creíble, sino que trae consigo un intento de manipular la realidad con una deshonestidad brutal.

Modelos diferentes

 

Cuando observamos el cuadro tarifario en Córdoba, las mayores diferencias de costos en comparación al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) por ejemplo, la tienen los usuarios residenciales y las PyMEs, pero no las grandes industrias. Mientras que para grandes industrias la diferencia entre la tarifa cordobesa y la del AMBA es del 13 por ciento, para industrias chicas, comercio o para uso residencial las diferencias van desde el 84 al 179 por ciento.

Lo que pasa en Córdoba es que las cooperativas, los comercios, las PyMEs y los usuarios le subsidiamos la energía a los sectores concentrados. Aquí hay una clave para entender las diferencias de modelos. Hacemos por Córdoba desde hace años está reprimarizando la economía y utiliza el llamado “Costo Córdoba” para llevar a cabo una transferencia de recursos de todas y todos, hacia los que más tienen.

En este sentido, es mentira que haya discriminación. El senador Carlos Caserio lo marcó en un tuit, respondiéndole a Schiaretti, quien declaró durante la semana que Cristina fue quien “más discriminó a Córdoba”. El gobernador omitió curiosamente que durante la gestión de la actual vicepresidenta al frente del Ejecutivo, se realizó, casi con totalidad de aportes de la gestión nacional, la Central del Bicentenario, obra que Epec en su revista destacó como una de las más importantes en 40 años.

En cuanto al gas, el subsidio a Córdoba -según informó el interventor del Enargas Federico Bernal- es mayor para Córdoba en comparación al AMBA. Ello sin olvidarnos de que gran parte de nuestra provincia entró dentro del régimen de zona fría, proyecto que cofirmé y a través del cual se benefició a miles de cordobesas y cordobeses.

Está claro que es nuestra gestión la que puso un grado de razonabilidad en cuanto a las tarifas, incluso luego de cuatro años en los que el macrismo liberó los precios, lo que impactó de lleno en los bolsillos de las familias argentinas y de las PyMEs. En noviembre se ponen en juego dos modelos: uno que camina hacia una soberanía energética y que contempla los costos de producción, frente a otro que promueve la privatización de los servicios y la concentración de recursos.