El impulso de YPF y los nuevos datos del PBI

11/05/2014

Tiempo Argentino | Escenario económico

Cara y ceca de la economía: de las ganancias de la petrolera nacional a las recurrentes recetas del FMI.

Por Carlos Heller

Se conocieron los nuevos datos del PBI con base 2004, con una mayor ponderación del peso del sector de bienes respecto del de servicios. Los nuevos cálculos indican un crecimiento menor en los años relevados respecto a los arrojados por la base 1993, con un menor peso de la inversión en el producto, y variaciones significativas en el crecimiento para los años 2008 y 2009.

Habrá que analizar la nueva metodología para comprender mejor los nuevos datos, y a partir de allí tener una idea más acabada de la importancia de los cambios anunciados en los valores de crecimiento y en la composición de la oferta y demanda globales.

En el análisis de la coyuntura, cabe señalar que los datos desestacionalizados presentados para el último trimestre de 2013 indican una reducción del PBI (-0,4%) y del consumo privado (-2,6%), lo cual genera un arrastre negativo para el cálculo del crecimiento de este año, y por lo tanto reducirá las cifras esperadas, dependiendo estas últimas del impulso que den a la economía los distintos programas de fomento del gobierno y la propia dinámica de la producción en los próximos trimestres.

LOS AUSPICIOSOS DATOS DE YPF. El jueves pasado entró en vigencia el Convenio de Solución Amigable y Avenimiento de Expropiación con Repsol. De acuerdo a lo previsto en este, Repsol entregó a nuestro país los documentos necesarios para la transferencia de las acciones de YPF e YPF Gas, junto con los escritos de desistimiento de las acciones judiciales, administrativas y arbitrales iniciadas contra Argentina.

Por su parte, el gobierno emitió los títulos convenidos por U$S 5000 millones; más títulos adicionales por unos U$S 317 millones de Boden 2015, –bastante menos del máximo de U$S 1000 millones pautado en la ley– para completar el valor de mercado promedio de U$S 4670 millones contemplado en el convenio. Al día siguiente, Repsol vendió la totalidad de los nuevos bonos Bonar 24 por U$S 3250 millones, con un descuento del 13,4% al J.P. Morgan, el mismo banco de inversiones al que vendió en la semana el 12,3% de las acciones que aún poseía en YPF. Esta venta del Bonar 24 no afecta el volumen de deuda emitida por Argentina, por ser posterior a la entrada en vigencia del convenio.

El mismo viernes se conocieron los datos de YPF correspondientes al primer trimestre de 2013, que resultan altamente auspiciosos. La producción de petróleo creció un 6,8% y la de gas un 18,5%; las inversiones alcanzaron los $ 9722 millones, con un aumento del 127%; mientras que la utilidad neta fue de $ 2881 millones, un 129% superior; todas variaciones calculadas respecto de igual período del año anterior.

Estos niveles de utilidades, y especialmente de inversiones, más los que con alta probabilidad se conseguirán en el futuro, indican que YPF seguramente generará recursos más que suficientes a la hora de pagar los bonos que se entregaron por la expropiación a Repsol. Pero además deben considerarse los beneficios potenciales que generará la continuidad de esta tendencia de YPF en la actividad productiva general, y en la reducción del déficit energético de nuestro país. Si bien sigo sosteniendo la importancia del desendeudamiento del gobierno argentino como política global, esta no impide incurrir en algún endeudamiento administrado cautelosamente, orientado a inversiones con una alta rentabilidad económica, productiva y social, y creo que esta deuda contraída para finalizar con el proceso de expropiación de Repsol es uno de los mejores ejemplos.

FMI EN LOS PAÍSES PERIFÉRICOS: UNA ENSEÑANZA PARA ARGENTINA. Hacia finales de abril se hizo público el memorando de entendimiento entre el FMI y las autoridades de Ucrania, por medio del cual ese país accederá a un financiamiento de U$S 17.100 millones, a recibir U$S 3200 millones a la firma y el resto en 8 tramos, previo cumplimiento de las metas comprometidas. Esto ocurre en un contexto crítico desde el punto de vista geopolítico, pero también económico y social. En este marco apareció en escena del Fondo, con un típico programa de financiamiento sujeto a estrictas condicionalidades, que en su letra chica deja ver con claridad que, aunque trate de mostrar lo contrario, el organismo no ha cambiado un ápice de su matriz ideológica neoliberal, y sigue preservando su antiguo rol en el tablero económico, en representación exclusiva de los grandes núcleos de poder global.

En un contexto en el que se proyecta una caída del 5% del PBI ucraniano como consecuencia del "debilitamiento de la confianza de los inversionistas y consumidores", todo parece indicar, según lo deja ver de manera implícita el FMI, que las expectativas no cambiarán con la implementación de los duros ajustes, y que los mercados dudan de su capacidad para generar un mayor crecimiento en el mediano plazo.

En última instancia, el FMI no puede dejar de mostrar su impronta incluso cuando debería contribuir a tratar de convencer a la sociedad ucraniana de los supuestos beneficios de acoplarse a los intereses de la Unión Europea y los Estados Unidos. En el estricto ajuste fiscal se planea para 2014, entre otros, congelar los salarios y el ingreso de empleados públicos, cancelar la actualización de las pensiones, ahorrar en gastos de asistencia social y reducir las exenciones de IVA a la compra de medicamentos.

Las contradicciones de los programas del FMI están presentes también en los países de la periferia del Euro. Tras tres años de durísimos ajustes, Portugal finaliza el 19 de mayo el programa de "salvataje". La pérdida de soberanía de las autoridades quedó reflejada a través de las declaraciones del primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, quien expresó: "será un día de homenaje a todos los portugueses y marcará la reconquista de nuestra autonomía", dejando en claro que con la incursión del Fondo el gobierno perdió prácticamente todas las herramientas de política económica. Más allá de la retórica, el horizonte luce sin demasiados cambios, ya que la finalización del rescate no implica que Portugal quede liberado de las condicionalidades pactadas en su momento; el endeudamiento continúa y las cuotas por los servicios de la deuda se acumulan de manera gravosa en los próximos años.

La situación de los países bajo ajuste es un importante espejo para analizar muchas de las recetas de economistas y políticos argentinos, que plantean la desregulación de las actividades, la retracción del Estado de los procesos económicos, los beneficios de un endeudamiento externo a mano suelta, y que ven en las políticas de los países desarrollados el ejemplo a seguir. Sobre este aspecto, cabe citar a la presidenta Cristina Fernández, quien la pasada semana se refirió a la presentación del gobierno argentino de una denuncia ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra la Unión Europea (UE), por la imposición de medidas antidumping al biodiésel argentino.

Cristina reflexionó sobre este tema, al cual consideró una verdadera medida contra el libre comercio, "del cual muchas veces nos hablan y del cual algunos en Argentina se hacen eco y no escuchamos que critiquen a la Unión Europea porque le cierra la entrada de biodiésel a la Argentina; al contrario, por allí critican a la Argentina cuando protege el trabajo y los productores argentinos". Una definición que le cabe a la pléyade de economistas y políticos que van de ronda por los medios monopólicos machacando con las recetas neoliberales, aunque sin decirlo explícitamente. Igual que hace el Fondo cuando menciona el "debilitamiento de la confianza de los inversores" en Ucrania, reforzando aún más las expectativas pesimistas que informa, y dando pasto a las fieras de la especulación financiera. O cuando el presidente español, Mariano Rajoy, asegura que están saliendo de la crisis, y hasta se anima a pronosticar una baja del desempleo, y la Comisión Europea le exige dos años más de "esfuerzos discrecionales adicionales considerables", es decir, continuar en 2015 y 2016 con profundos ajustes. Bajo la óptica neoliberal, el único camino a recorrer es el de los ajustes, una condición que omiten explicitar los analistas vernáculos que sostienen estas ideas.