El modelo y las políticas que hacen falta

03/07/2023
Fachada Ministerio de Economía

Ámbito Financiero | Opinión

Por Carlos Heller

Los/as economistas y candidatos/as de la principal fuerza opositora siguen sin reconocer la dura hipoteca con el FMI que le dejaron al país luego de su gestión (2015-2019) e insisten con sus políticas de ajuste y pérdida de soberanía.

Hernán Lacunza, economista del espacio de Horacio Rodríguez Larreta y ex ministro de Hacienda durante el gobierno de Mauricio Macri, señaló estos días que el organismo le concedió a la actual gestión “políticas inconducentes” y que no se cumplió “ningún compromiso”.

La carta de los seis mandatarios latinoamericanos al presidente Joseph Biden, en la que le piden apoyo de Estados Unidos a la negociación argentina ante el FMI, pone las cosas en su justo lugar. Allí sostienen que el actual gobierno argentino “ha estado trabajando de manera denodada para hacer frente a la excepcional deuda contraída” y que “circunstancias extraordinarias ameritan respuestas extraordinarias, tan extraordinarias como el sobreendeudamiento provocado por el préstamo del FMI que es una de las principales causas de la situación actual”. Es decir, que lo inconducente fue el acuerdo original firmado en 2018, que implicó una deuda que para el propio staff del organismo era “sustentable pero no con alta probabilidad”.

El ministro de Economía, Sergio Massa, señaló que fue el gobierno de Macri el que aceptó “la imposición del Fondo de postergar todas las obras (públicas)”, mientras que en esta gestión, producto de que no se aceptaron imposiciones, se avanzó con el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, que se inaugurará en unos días e implicará, en el segundo semestre, un ahorro de unos u$s2.000 millones y alrededor de u$s4.000 millones para 2024. También habrá un menor uso de subsidios, y ello permitirá una consecuente mejora de la situación fiscal. ¿Son éstas las “políticas inconducentes” de las que habla Hernán Lacunza?

Adicionalmente, no hay que perder de vista los impactos de la sequía. Si este año Argentina hubiera contado con los U$S 20.000 millones de la cosecha agrícola exportable la situación del frente externo sería muy distinta. Estos recursos seguramente sí estarán disponibles el año que viene, y a ellos hay que sumarles el ahorro de divisas de los rubros energéticos.

Ello permite vislumbrar un escenario en el cual se podrán ir resolviendo muchas de las problemáticas que están planteadas, principalmente la del sector externo, que a su vez impacta en las expectativas y en la disponibilidad de divisas para importar y sostener el nivel de actividad económica. La sequía también afecta la recaudación fiscal por vía de las menores retenciones, otro aspecto a considerar y que debe incluirse en la actual reformulación del acuerdo con el Fondo.

El viernes se abonaron al organismo u$s2.700 millones de capital adeudado, utilizando Derechos Especiales de Giro (la moneda del FMI) y yuanes del swap que se acaba de renovar con el Banco Popular de China. Dado que existe un descalce de plazos entre amortizaciones y desembolsos, este dinero regresaría al país a mediados de mes, una vez que esté rubricado el nuevo programa.

Está claro que lo deseable no es estar negociando trimestralmente estas cuestiones. Que lo ideal sería, en línea con lo que dijo el ministro Massa, poder sacar al FMI lo más pronto posible del país, y para ello hay que pagar la deuda, tal como hizo Néstor Kirchner en enero de 2006. No obstante, hay un tema de escalas a tener en cuenta: antes se canceló una deuda por algo más de u$s9.500 millones, hoy hacen falta unos u$s45.000 millones.

Para poder sacar al FMI de la Argentina hay que generar los recursos necesarios a través de un programa que expanda las capacidades productivas y exportadoras del país. Esta búsqueda debe estar en consonancia con un manejo soberano de los recursos naturales, con el cuidado del ambiente, los derechos territoriales y las poblaciones que habitan las distintas geografías. En paralelo, se precisa trabajar en un modelo con un Estado presente, con inclusión social, con redistribución del ingreso y que permita muchos años de crecimiento.

Nota publicada en Ámbito Financiero el 03/07/2023

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