EL PROGRESISMO PORTEÑO. Carlos Heller: "Nunca fui kirchnerista"

01/04/2009

A Carlos Heller le incomoda que lo coloquen en el rol de defensor del matrimonio presidencial porque, según explica, no es kirchnerista. Y lo aclara mejor, para que se entienda: nunca lo fue (aunque probablemente, antes eso no quedaba tan claro). A él le gusta más definirse como un "autónomo no confrontativo".

Por Laura Di Marco

Da un ejemplo para explicar su posición: "Un día estaba dando un discurso, y frente a mí estaban Néstor y Cristina. Y yo dije allí mismo, delante de ellos, que no era kirchnerista. Tampoco los conozco demasiado. No soy un experto en decodificar al kirchnerismo. Sí estoy de acuerdo con muchas posiciones del oficialismo, como la estatización de las AFJP o la distribución de la renta extraordinaria en el conflicto con el campo; temas que dividen y deben implicar una toma de posición".

Pertenece al espacio Diálogo por Buenos Aires, junto con Aníbal Ibarra y Miguel Bonasso, una alianza política porteña de centroizquierda, que por momentos desaparece de escena y por otros reaparece, y cuyos integrantes tienen relaciones bien diferentes con el Gobierno nacional. Heller anunciará que Diálogo goza de buena salud.

"Estamos por empezar a hablar con Bonasso y con Ibarra por estos días, porque el adelantamiento de las elecciones nos complicó y nos empuja a apurar los tiempos. De ese diálogo surgirá nuestra estrategia política para estas elecciones; es decir, si vamos o no con el kirchnerismo".

Dirigente del Partido Solidario, preside del Banco Credicoop y quiere ser candidato a diputado nacional por la Ciudad, aunque como todo político dirá, que ese tópico, el de las candidaturas, es lo de menos. Hace poco, le propuso a Aníbal Ibarra realizar internas abiertas para dirimir una eventual fórmula porteña en el espacio que comparten. Pero las negociaciones quedaron, hasta el momento, en el freezer.

Durante la entrevista en la contra de NU, dejó en claro que le interesa conformar una alianza -"con diez puntos de coincidencia, al menos"- para luego discutir candidaturas. Ese sería el orden lógico, razonable, para él. "Los nombres son una consecuencia natural del debate", subraya. Pero el debate tendrá que ser, por fuerza, escueto. Los dirigentes de la centroizquierda porteña tendrán apenas un mes para ponerse de acuerdo: a fines de abril vence el plazo para inscribir las alianzas.

-Ahora, Heller, quizá haya un tema más importante aún a tener en cuenta, antes del diálogo. Estuvo circulando una encuesta de la consultora independiente Poliarquía en la que resulta claro que el kirchnerismo perdió las clases medias,

¿qué van a hacer entonces en la Ciudad?
-Mirá, creo que el tema es más profundo que esta elección. Si miramos el resultado de la primera vuelta de 2007, cuando el kirchnerismo estaba en su mejor momento, (Daniel) Filmus sacó el 24 por ciento de los votos en primera vuelta. Y es más profundo porque en Brasil, Chile o España sucede lo mismo. Lula tiene un 80 por ciento de imagen positiva, pero pierde en San Pablo. Los socialistas no cautivan Madrid y Bachelet no seduce en Santiago, ¿te das cuenta? Habría que llamar a sociólogos para desentrañar el misterio. En el caso argentino hay una oposición que, en todos los debates que planteó el kirchnerismo, nos demostró que propone volver al modelo neoliberal de los noventa. Incluso, hay quienes, sin tapujos, quieren volver al FMI.

-También es cierto que, si la Presidenta tuviera liderazgo, que es la capacidad de influir en el debate público, habría tenido mayor éxito en el planteo de estos temas tan cruciales...
-Obama y Sarkozy también lideran países divididos. En lo máximo de su poder, sólo la mitad de Estados Unidos votó a Obama.

-Cristina tiene hoy mucho menos que la mitad. ¿Es cierto que podría renunciar, si pierde, como dijo Emilio Pérsico?
-Pérsico dijo eso, pero después lo desmintió. No veo razón por la cual debamos insistir en ese tema. No va a renunciar, por supuesto, si llegara a perder la mayoría parlamentaria. Aunque, como es obvio, ese escenario no es el mejor para ningún gobierno en sus últimos dos años de mandato.

-¿Por qué son tan difíciles de cautivar los porteños, siendo, como usted evalúa, que la oposición es un desastre?
-Yo me siento parte de la clase media porteña; no tengo intención de criticarla, desde luego, sino de comprender. Y creo comprender que el tema es complejo y que el neoliberalismo ha calado hondo entre los porteños. Hay mucho individualismo.

-¿Quiere ser diputado en estas elecciones?
-El Partido Solidario ha planteado eso, pero todo lo supedito a la construcción política a la que pertenezco. No me gusta, y no es correcto, enviar mensajes a través de los medios. Le he ofrecido a Ibarra hacer una interna abierta, pero no avanzamos mucho hasta el momento.

-Pero, en el kirchnerismo dicen que el límite es Ibarra, entonces…
-A mí no me consta eso. Filmus no cree eso.

-Pero Kirchner dice otra cosa.
-No me consta… De verdad. No tengo una relación directa con ellos.

-¿Cómo van a seducir a este electorado hostil?
-El mapa es así: hay un 60 por ciento que es de la oposición, y ahí no nos vamos a meter porque, para eso, deberíamos ser muy distintos de lo que somos. Ese, en todo caso, será un problema de Carrió y Michetti. Ellas sí compiten por el mismo electorado. A nosotros nos queda el 40 por ciento restante….

-Pero aún así, en esa franja, el Gobierno quedó deteriorado con la batalla contra el campo. Me refiero a los sectores urbanos.
-Me la he pasado diciendo todo el reportaje que no estoy pegado al Gobierno y vos me querés pegar. Nuestro tema es local, nosotros vamos a confrontar con Macri y hay mucha gente que no está de acuerdo con su visión sobre la Ciudad. A esa gente nos dirigiremos. Porque en todos los temas hay una visión de izquierda y otra de derecha.

-Me interesa, denos, por favor, un ejemplo.
-El transporte. Una visión de derecha es aumentar los peajes para reducir la circulación en base al poder adquisitivo. Y una de izquierda es reforzar el transporte público.

-Pero, hoy por hoy, ¿es tan tajante esa división? Digo, muchos pensaban y decían en esta contratapa que Macri iba a echar a los cartoneros, y eso no sucedió... ¿No hay prejuicios de un lado y del otro?
-No, no me gusta esa palabra. Fijate que el hecho de que Macri no quiera pagarle más a los docentes es una concepción de derecha. Lo que hace en la Educación es una concepción de derecha, de su ideología. Y eso no es un prejuicio. Michetti, por ejemplo, tendrá un estilo diferente, pero ideológicamente es una persona que coincide con Macri. Y esta semana lo ha demostrado.

-¿Está de acuerdo con que el Gobierno nacional haya adelantado las elecciones? Eso a ustedes los complicó…
-A todos complicó, y no me siento especialmente perjudicado. Ante el cálculo electoral de Macri de adelantar y desdoblar las elecciones de la Ciudad... ¿o esa maniobra no fue un cálculo por conveniencia?

-Sí, claro que lo fue.
-Ah, bueno, entonces, ante esa maniobra, la respuesta de adelantamiento de Kirchner fue una jugada política muy inteligente.

-¿Se juega el 2011 en el 2009?
-No, se juega una elección local y parlamentaria, a nivel nacional. No es bueno verlo de otro modo y nosotros jugaremos así, más allá de la lectura que hagan los demás.


Noticias Urbanas (30/03/09)