Elevemos la vara de la democracia

24/08/2020
Distintos sectores de la oposición buscan presionar a diputados y diputadas para que no den quórum al debate sobre la reforma judicial. Con consignas violentas y antidemocráticas también se movilizaron en las calles. Es momento de trabajar entre todas y todos para elevar la vara de la democracia
vara

Por Eduardo Fernández

Durante la semana, a través de un tweet el grupo empresarial pyme denominado “C20” me solicitó que no asista al debate por la reforma judicial que se dará en los próximos días en el Congreso de la Nación. El mismo pedido fue dirigido a los 17 legisladores de nuestra provincia, haciendo especial hincapié en los del Frente de Todos y en los de Hacemos por Córdoba.
El objetivo que persiguen es que no se otorgue quórum y que el proyecto de ley no se pueda debatir en el ámbito natural donde debemos intercambiar ideas y debatir las normas que regirán en el país.
Tal como lo expresé públicamente en mi respuesta a la entidad, el pedido resulta bastante antidemocrático. La democracia es una construcción de la que todas y todos somos responsables y el funcionamiento de sus tres poderes, tal cual lo estipula la Constitución Nacional, es la mejor garantía para su crecimiento y fortalecimiento.
De ninguna manera me ausentaré y evadiré el compromiso para el que fui elegido. Si bien la solicitud del C20 no deja en claro las razones por las que el proyecto de reforma judicial atentaría contra los intereses de las pymes, reitero, siempre que sea en un ámbito de respeto, estoy absolutamente dispuesto a debatirlo.
Como argentinos y argentinas debemos seguir el camino de la democracia, y para ello es necesario escuchar los aportes y debates de todos los sectores. Cercenar el debate no es el camino. Elevemos la vara, nuestra sociedad merece mucho más.

“17 A”
Durante la marcha del “17A” también se observaron consignas que buscan presionar a legisladores para no dar quórum para tratar la reforma judicial. Fue uno de los motivos que movilizó a parte de la oposición en una acción que generó amplios debates y profundizó un camino peligroso, el de la violencia y el discurso del odio.
Esta faceta de una corriente del liberalismo autoritario, como la caracterizó el historiador Ezequiel Adamovsky en la revista digital cordobesa La Tinta, constituye la cara visible de la transformación que busca una parte de la oposición encabezada por Mauricio Macri, que lejos de la búsqueda de diálogo acude a un endurecimiento de posturas que promueva a través de las emociones una oposición que no pueden construir a partir de lo lógico.
Para ello apelan a golpes bajos y muchas veces a una persecución discursiva hacia sectores vulnerables, en muchos casos mayorías, definidas como las culpables de todos los males de un país golpeado por años de políticas neoliberales que aumentaron los índices de pobreza y destruyeron el trabajo y la industria nacional.
Formo parte de una generación que durante muchos años ha luchado y batallado por la libertad de expresión, la pluralidad de voces y la democracia. A nuestra sociedad le costó la sangre de muchas y muchos recuperar la democracia. Fueron tiempos oscuros, a los que no queremos volver. No podemos permitir que las acciones violentas ganen terreno.
Por ello las y los dirigentes del oficialismo y de la oposición debemos sentirnos interpelados a fortalecer la senda de la sana convivencia, la celebración de las diferencias y el intercambio respetuoso de ideas.
No es a través del enojo ni de la bronca la manera con la que pondremos a la Argentina de pie. Gran parte de la ciudadanía entendió que nadie se salva solo, y que ante crisis como las que estamos atravesando, tenemos que unirnos dejando de lado cualquier pretensión individual.

 

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