Es imperioso cumplir con los objetivos del Banco Ciudad

12/08/2012

12/08/2012 Tiempo Argentino - Nota

Panorama económico:

El Banco de la Ciudad de Buenos Aires incumple con las prioridades de su Carta Orgánica.

Por Carlos Heller | Diputado Nacional Frente Nuevo Encuentro

El Banco Ciudad nació con el nombre de Monte de Piedad en 1878 para combatir la usura mediante préstamos de dinero sobre objetos diversos a un interés menor que el de plaza, a fin de "servir a la clase proletaria, que es precisamente la que más necesita aprovechar los beneficios de esta institución".

Esta reseña de los inicios del banco resulta esencial al momento de evaluar la reciente media sanción a la ley de depósitos judiciales de los tribunales nacionales y federales.

Los depósitos judiciales se efectuaban en el Banco de la Nación Argentina, hasta que en 1965 se sancionó la Ley 16.869, determinando que: "Los depósitos judiciales de todos los tribunales nacionales con asiento en la Capital Federal se efectuarán en el Banco Municipal de la Ciudad de Buenos Aires." La ley estipula que "el Banco Municipal de la Ciudad de Buenos Aires tiene por principal propósito...

servir al crédito de los humildes, que no lo tienen personal (que no acceden a los préstamos personales) y sólo pueden procurárselo mediante la prenda de sus bienes muebles, a veces, los más indispensables". Cita la ley que a esta operatoria, también conocida como empeño o pignoraticia, se "destinará preferentemente los fondos provenientes de los depósitos judiciales".

En la actualidad, los depósitos judiciales en el Banco Ciudad ascienden a los 6900 millones de pesos que, de sancionarse la ley, quedarán en el Ciudad hasta la extinción de las causas que le dieron origen; en contrapartida, el banco destina sólo 106 millones a la cartera pignoraticia, que alcanza a menos del 1% de la cartera total. No era esta la voluntad de los legisladores de 1965 que derivaron los depósitos judiciales al Banco Municipal, aunque esta no es la única cifra que nos muestra un manejo ineficaz de la cartera del Banco Ciudad.

Al conocerse el proyecto de devolver al Banco Nación los nuevos depósitos judiciales que se realicen a partir de los 30 días de la publicación de la ley, las críticas de varios políticos y directivos del banco se centraron en el supuesto perjuicio que ocasionará a los vecinos de la Ciudad la aprobación del proyecto, dado que le restaría fondos para dar préstamos hipotecarios y financiar a las pymes de la Ciudad.

Nada más alejado de estas orientaciones.

Además, el perjuicio ya lo están sufriendo los habitantes de la Ciudad: en su informe en Diputados, el presidente del Banco Ciudad señaló que "muchas de las firmas que cuentan con su Casa Matriz en la CABA realizan sus actividades productivas en distintos puntos del país, lo cual otorga a la asistencia crediticia a empresas un verdadero alcance federal." El calificativo de alcance federal en realidad apunta a encubrir el hecho de que el Banco de la Ciudad de Buenos Aires incumple con las prioridades de su Carta Orgánica, que otorga preferencia a la asistencia financiera destinada a las micro, pequeñas y medianas empresas radicadas en el área metropolitana Buenos Aires, así como a los vecinos afincados en ella.

Pero los datos darán una idea más clara de este "alcance federal" del Banco Ciudad.

La entidad destina el 39,3% de su cartera crediticia a las grandes empresas. A partir de una investigación propia, de los 120 principales deudores del Banco Ciudad sólo el 10% es de empresas de capital nacional y tiene su producción afincada exclusivamente en CABA; el resto está disperso desde Jujuy a Tierra del Fuego.

¿En qué favorecen estos préstamos al empleo y el crecimiento de la producción del área metropolitana como indica su Carta Orgánica? En casi nada: distinto sería si le prestara prioritariamente a las pymes, a las que hoy el Banco Ciudad les dedica un magro 7,7% de la cartera total.

Estos datos demuestran a las claras la ineficacia de la actual gestión del Banco Ciudad para cumplir los objetivos de su Carta Orgánica. Pero quizá no podamos hablar de ineficiencia, puesto que han orientado la cartera del banco para beneficiar a las grandes empresas, las privilegiadas por el ideario neoliberal que persiguen el jefe de gobierno y quienes lo acompañan.

Sabemos que este ideario reserva al Estado un papel mínimo de gestor de los negocios e intereses de las grandes empresas, y en los números expuestos se evidencia esa ideología, como también fomenta la desregulación de la economía y las privatizaciones.

Por eso, Federico Sturzenegger expresa que la iniciativa para depositar los fondos judiciales en Banco Nación "responde a la lógica del kirchnerismo", de búsqueda de "recursos" para financiar el gasto público y "destruye" a la entidad porteña (Ámbito Financiero, 07/08/12). Resulta inaceptable que el presidente del Banco Ciudad maneje tamañas imprecisiones, aunque en realidad, está apuntando al Banco Nación por la futura gestión de los fondos. Pretende instalar que esos fondos automáticamente se destinarían a prestarle al gobierno nacional, cuando la realidad lo contradice. Sólo el 32% de los depósitos del sector público en el Banco Nación se dedican hoy a prestar al gobierno, mientras que la principal porción de estos depósitos los utiliza para prestar al sector privado.

Tal vez, el fondo de la cuestión tenga que ver con las propias ideas de Federico Sturzenegger, entre las cuales resalta su columna que lleva por título "Hay que privatizar el Banco Nación” (La Nación 01/10/2000).

Bajo ese ideario, el gobierno de la Ciudad (GCBA) proyecta llamar a licitación entre entidades bancarias (autorizando la participando de bancos privados nacionales y extranjeros) el servicio de bancarización y pago de los sueldos de la totalidad de empleados del GCBA, una metodología que ya se aplicó con la mayor parte de la Policía Metropolitana.

Esta actitud no sólo generaría un impacto económico negativo sobre las operaciones del Banco Ciudad, sino que constituiría un avance más hacia la privatización de sus funciones.

La campaña que han montado las autoridades del Banco Ciudad es desconcertante, su presidente argumentó que se lo destruiría (y sus trabajadores se han movilizado con entendible preocupación a partir de estas declaraciones) para luego salir a reconocer la realidad, que el Banco Ciudad "no corre ningún riesgo financiero", en lo que respecta al impacto que podría generar el proyecto de ley, a lo sumo tendrán que "ir a buscar otras fuentes de fondeo" (Infobae, 09/08/12).

Estas actitudes llevan a pensar que pueden ocultar un objetivo no confesado, encontrar una excusa para avanzar en la privatización del Banco o en un ajuste de personal.

Por esa razón, y por una voluntad protectiva hacia los trabajadores, se incorporó al proyecto con media sanción sobre depósitos judiciales, la cláusula transitoria que expresa que "las disposiciones de la presente ley no podrán implicar en ningún caso pérdidas de empleo".

En realidad, se están disputando dos modelos distintos. Uno de ellos es el neoliberal que encara el GCBA, con Macri a la cabeza, que se ve obligado a gestionar un banco que su ideario les dicta privatizarlo, por ello le quieren quitar las cuentas de los empleados del GCBA, y mientras tanto lo utilizan para beneficiar a las grandes empresas.

El otro modelo, aplicado por el gobierno nacional, fomenta el papel rector del Estado en la economía, obliga a todas las reparticiones nacionales a pagar sus salarios a través del Banco Nación, y se dedica a generar programas de préstamos a las pymes y a la inversión productiva. -

¿En qué favorecen estos préstamos al empleo y el crecimiento de la producción del área metropolitana como indica su Carta Orgánica? En casi nada.

De los 120 principales deudores del Banco Ciudad sólo el 10% es de empresas de capital nacional y tiene su producción afincada en CABA.