Es una solución superadora

24/04/2014

Tiempo Argentino | Opinión

Convenio de solución amigable y avenimiento de expropiación entre Argentina y Repsol

Por Carlos Heller

Al reseñar el debate en Diputados, cabe recordar las críticas realizadas cuando se trató la Ley 26.741 de nacionalización de YPF; se dijo que se estaba confiscando, robando, que el gobierno se quería apropiar de una caja de dólares, que para recuperar la soberanía no había que pelearse con el mundo, que tendríamos que poder encontrar una solución negociada. Hoy se desautoriza el haber alcanzado un acuerdo amigable, el monto de la indemnización por la expropiación y hasta que se pague. Un ejemplo son las expresiones del jefe del PRO, Mauricio Macri quien dijo: "Haber confiscado YPF fue el mayor error de la historia argentina, fue como robarla." En el mismo sentido se expresó ayer en el recinto el diputado Federico Sturzenegger, quien habló de "un adolescente intento de confiscación". Está claro que para los que piensan así cualquier limitación a la libre empresa, aún una expropiación con un acuerdo amigable, les resulta ultrajante como cualquier intervención que el Estado tenga en la economía. Los dictámenes de la minoría se enfocaron en el precio de la expropiación; para evaluar el pago acordado de U$S 5000 millones a Repsol, puede citarse que según la Bolsa de Nueva York, en diciembre de 2010, el 51% de la empresa valía U$S 10.104 millones según la cotización. Por otra parte, Repsol reclamó en junio de 2012 una indemnización por U$S 10.500 millones. También se criticó las tasas de interés mayores al 8% anual que tienen los bonos; es cierto que son altas, injustas pero no hay que olvidar que los mercados internacionales no perdonan a la Argentina la exitosa reestructuración de la deuda de 2005 y 2010 y el pago total de la deuda con el FMI que nos libró de los dolorosos ajustes. Muchos se mostraron preocupados porque la deuda que se está contrayendo por la expropiación a Repsol la van a pagar futuros gobiernos: este gobierno hace once años que está pagando deudas que contrajeron otras administraciones. Es una deuda para garantizar la buena gestión de una empresa trascendente como YPF, sobre todo en el marco de una ley que declara de interés público el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos, así como la producción, explotación, industrialización y comercialización, que alcanza a todas las empresas del sector y no sólo a YPF. El valor de YPF va mucho más allá del precio a pagar a Repsol, tiene que ver con la recuperación de la soberanía sobre una empresa emblemática que en el primer trimestre de este año aumentó su producción de gas en un 10% y la de petróleo un 7,8 por ciento. La historia transcurrida entre la nacionalización de YPF y la actualidad le ha dado la razón al gobierno; el Convenio de Solución Amigable que votamos desde el bloque Nuevo Encuentro, es una solución superadora.

Nota publicada en Tiempo Argentino el 24/04/2014