Heller: "Gran parte de la inversión extranjera no crea mucho valor añadido"

07/08/2013

Un lector escribió hace unos días que en este blog jamás iba a aparecer Carlos Heller… Pero está hoy aquí el diputado kirchnerista y presidente del principal banco cooperativo de Argentina, el Credicoop, que busca renovar su escaño en las elecciones legislativas primarias y obligatorias del próximo domingo. Heller no es economista, pero sí se ha constituido en un referente económico del movimiento cooperativista argentino y del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en el Congreso. De 72 años, nunca terminó la carrera de ingeniería mecánica que había iniciado sino que se dedicó de joven a la gestión de cajas cooperativas. En la última dictadura militar de Argentina (1976-1983), resistió el intento del régimen de eliminar a las cooperativas del sistema financiero y en 1979 logró que 44 de ellas se fusionaran en lo que pasó a llamarse Credicoop, el actual octavo mayor banco de Argentina. Heller llegó a ser presidente de la patronal de bancos públicos y cooperativos de este país y también se metió en la dirigencia del fútbol y fue vicepresidente del Boca Juniors entre 1985 y 1995. El domingo participa como candidato a diputado por Buenos Aires del gubernamental Frente para la Victoria, en una lista que encabeza el concejal Juan Cabandié y en unos comicios que resultarán clave para medir el nivel de popularidad que mantiene Fernández. Aquí, la entrevista con Heller antes y después de un acto con su militancia en un salón de fiestas del barrio porteño de Villa Crespo, entre jóvenes que lo vivaban a él y que se describían como “soldados de Perón”.

Por: Alejandro Rebossio | 07 de agosto de 2013 | Blog Economía Diario El País (España)

Pregunta. ¿Cómo ve la economía argentina? Porque algunos la ven en crisis y la Presidenta dice que Argentina crece casi al 5% en los primeros cinco meses de 2013.

Resupuesta: Según los datos oficiales, se está creciendo en junio al 7,8% interanual y, según los datos de consultores privados, esa cifra ronda el 5% o algo más. Según la presidenta Fernández de Kirchner, el pronóstico de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) del 3,5% para 2013 “va a ser nuestro piso de crecimiento”. “Yo creo que vamos a crecer más, apuesto a que vamos a crecer más y vamos a tomar todas las medidas necesarias para crecer”, dijo la jefa de Estado y yo coincido con ese pronóstico. Argentina acaba de finalizar una cosecha que es récord histórico, así como también es récord la producción automotriz; y, si bien hay algunos sectores que están con problemas de crecimiento, debe considerarse que estamos en los más altos niveles reales históricos de consumo y de producción. A partir de la situación descrita, estimo que la proyección de crecimiento del PIB del 4,4% contenida en el presupuesto nacional 2013 será muy probablemente superada. En estos niveles, el mayor crecimiento requiere mayor inversión, una variable muy volátil y dependiente de las expectativas, pero el Gobierno está diseñando diversos planes, como la orientación del Banco Central a los bancos para colocar préstamos para la inversión productiva, de los que se destina el 50% a las pymes, que están generando un importante crecimiento de la inversión bruta interna fija.

P. Pero Argentina ya no crece tanto como antes.

R. Es lo mismo que le está sucediendo a los demás países de la región por la situación internacional.

P. Usted dijo en el acto que faltan cosas por hacer. ¿Cuáles son?

R. Hay que profundizar las modificaciones que se han hecho para seguir mejorando la distribución del ingreso y la marcha de la economía. Hay que seguir combatiendo el trabajo no registrado, que alcanza al 32% de los trabajadores. Si bien se han confeccionado leyes muy importantes para regular los sectores donde más se produce informalidad laboral, como el régimen de trabajo agrario, el régimen especial de contrato de trabajo para el personal de casas particulares y la ley de prohibición del trabajo infantil, aún hay que seguir solucionando más profundamente este problema. Se avanzó mucho con la reforma de la carta orgánica del Banco Central, por la cual la autoridad monetaria puede orientar el crédito y fijar condiciones de tasas (de interés) y comisiones, pero aún falta reemplazar la actual ley de entidades financieras, que fue instaurada en la última dictadura cívico-militar y que permite a los bancos realizar todas las actividades excepto las que estén expresamente prohibidas. Hay que cambiar esa norma por una ley de servicios financieros, que exponga taxativamente las operaciones que pueden realizar los bancos y coloque regulaciones más profundas aún. También hay que rever los más de 50 tratados bilaterales de inversión firmados por Argentina durante la década de los 90, que limitan las políticas del Estado nacional hacia las empresas de capital extranjero, así como la ley de inversiones extranjeras, que data de la época de la dictadura. Si bien se está avanzando con proyectos para eliminar las exenciones a la renta financiera en el impuesto a las ganancias (a la renta), queda pendiente encarar, cuando las condiciones políticas lo permitan, una profunda reforma tributaria que incremente la participación del impuesto a las ganancias y a los patrimonios, y disminuya la participación de impuestos como el IVA y otros indirectos que son altamente regresivos.

P. En su discurso habló de la reforma de la ley de bancos y dijo que las empresas españolas se siguen llevando el oro de América Latina. ¿Qué quiere hacer para que dejen de hacerlo? ¿Qué quiere hacer con BBVA, Santander y Telefónica, que ganan dinero aquí? ¿Y con Endesa, que pierde?

R. Necesitamos una nueva ley de inversiones extranjeras, de forma tal que el accionar de las empresas de inversión extranjera directa sea consistente con el desarrollo del país, que reinviertan parte de sus utilidades, que generen puestos de trabajo y un impacto positivo en el balance de pagos. También se necesita un Estado cada vez más activo, que regule especialmente a las empresas tanto nacionales como extranjeras que prestan servicios públicos.

P. Hay temas que incluso economistas heterodoxos citan como problemas, como la inflación, el cuestionado Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y el regreso de la restricción externa (de divisas) a la economía argentina. ¿Cómo se resuelven?

R. La inflación es un problema que se ha comenzado a encarar, pero deben analizarse sus orígenes para poder actuar sobre esta variable. Creo que la principal tendencia que impulsa el alza de los precios es la puja distributiva, por la cual las empresas de los sectores oligopólicos, con capacidad de formación de precios, incrementan los mismos cuando la población recibe aumentos nominales de salarios a través de las negociaciones paritarias, o cuando se incrementan los valores de las jubilaciones y pensiones y de la asignación universal por hijo. En esta puja, son los empresarios los que generan los aumentos, mientras que los salarios se incrementan para recuperar y mejorar el poder adquisitivo. Hay que trabajar para que en los mercados oligopólicos no se generen ganancias excepcionales por parte de los grandes grupos que actúan a lo largo de las cadenas de valor. Respecto a la restricción externa, hay que exportar mercancías con mayor valor agregado, en especial las agropecuarias y las mineras, así como se debe profundizar la política de sustitución de importaciones industriales. En la actualidad hay muchas mercancías que se importan y que podrían producirse en nuestro país; el caso de las autopartes (piezas de coches) es de especial relevancia.

P. ¿Qué opina que referentes heterodoxos ahora critiquen la política económica de los últimos años, como aquellos dos integrantes del Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) como fueron el exministro de Economía Miguel Peirano y el exsecretario de Cultura José Nun?

R. Es una cuestión política. El Gobierno ha avanzado con un modelo político y económico que, en la medida en que se propone seguir mejorando la distribución del ingreso, generará el lógico conflicto con aquellos sectores que no quieren perder sus históricos beneficios excesivos. Y hay algunos intelectuales que no se sienten cómodos con esa profundización del modelo y se apartan políticamente porque desean medidas más orientadas al libre mercado.

P. ¿Cómo ve la economía latinoamericana? ¿Qué países marchan bien? ¿Cuáles mal?

R. Creo que los informes de la CEPAL son una buena herramienta para conocer cómo evolucionan los países de Latinoamérica. Además, decir que un país marcha bien implica una carga ideológica muy fuerte. Para muchos, entre los que me incluyo, marchar bien es ir mejorando la distribución del ingreso con una cada vez mayor participación del Estado; para los políticos conservadores, esa misma orientación es altamente negativa. Creo que uno de los principales problemas de América Latina es la cada vez mayor remisión al exterior de utilidades de las inversiones externas, que está generando balances de cuenta corriente negativos en muchos países de la región. De la misma forma, gran parte de la inversión extranjera directa recibida se destina a proyectos extractivos, que no generan gran valor agregado en los países. Son temas que deben atenderse.