Heller propone que un 40% de los créditos esté dirigido a las pymes

13/06/2010

ENTREVISTA CON EL DIPUTADO Y PRESIDENTE DEL BANCO CREDICOOP

El legislador nacional presentó un proyecto de ley que plantea la reforma del sistema financiero, vigente desde la dictadura. El dirigente, aliado del kirchnerismo, cree posible una alianza con el PJ, siempre que no vire a la derecha.

Por Gimena Fuertes

El diputado del Nuevo Encuentro Popular y Solidario, Carlos Heller, presentó el proyecto de ley de servicios financieros que, de ser aprobado, remplazaría la ley de la dictadura que hoy rige la actividad de los bancos. Pero antes de que sea analizada en las comisiones de Finanzas y de Presupuesto y Hacienda, quiere que sea debatida por diferentes organizaciones, tal como ocurrió con la Ley de Medios. Es que para el presidente del Credicoop “la actividad financiera no puede quedar en manos del mercado”. En diálogo con Tiempo Argentino, también explicó por qué el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, confirmó sus pálpitos al frente de la administración de la ciudad, y cuál sería la mejor forma de recuperar la Ciudad de Buenos Aires por parte de “las fuerzas progresistas”.

–¿Por qué es un buen momento para presentar el proyecto de ley de Servicios Financieros para el Desarrollo Económico y Social? –Los sistemas financieros están ligados a los modelos de la economía en general. Tenemos una ley de entidades financieras que fue concebida como uno de los pilares de la dictadura militar, según el propio José Alfredo Martínez de Hoz. Era un proyecto pensado para inf luir decisivamente en la construcción del modelo de los militares. Por lo tanto, es necesaria una ley a la altura de una sociedad basada en otros valores, como la mejora en la distribución de la riqueza, y con un rol más efectivo del Estado.

Esta ley apunta a un crecimiento de la pequeña y mediana empresa y a que los servicios financieros estén al alcance todos ciudadanos, independientemente de su condición económica o su ubicación geográfica. Este proyecto tiene dos ejes. El primero es que la actividad financiera es un servicio público que el Estado garantice para todos.

La experiencia mundial ha demostrado que la actividad financiera es algo tan importante que no puede quedar en manos del mercado. La Argentina de 2001 o ahora Europa y Estados Unidos lo demuestran.

–¿Cuál es el segundo eje? –Es pensar la actividad desde los usuarios y no desde las entidades.

Por eso, en vez de hablar de ley de entidades, hablamos de ley de servicios. Yo soy presidente de un banco, entiendo las reglas del funcionamiento financiero, y por eso pensamos esta ley como un marco donde las entidades puedan funcionar, pero con límites y con objetivos, no con libertad total de mercado. Por ejemplo, en nuestro proyecto proponemos que el 40% de los créditos que se otorguen al sistema privado sea para las micro, pequeñas y medianas empresas, lo que hace que en vez de prestar al consumo para comprar electrodomésticos, se preste más a la producción.

Esto a su vez garantiza mayor nivel de empleo.

Debe haber un paquete servicios básicos. Este es un país que tiene más del 40% de su población no bancarizada, y en el que hay 2600 localidades sin bancos y los ciudadanos tienen que viajar 30 kilómetros hasta el lugar más cercano donde haya un banco.

–¿Con qué sectores políticos podrá contar para convertir este proyecto en ley? –Queremos abrir un proceso de opinión a todos los sectores, desde las organizaciones de bancos hasta las de consumidores, desde las de pequeñas empresas y cooperativas, a organizaciones de economías regionales y sindicatos.

Tiene que haber una participación lo más amplia posible porque es una ley mucha importancia.

He hablado en reuniones informales con diputados del Frente para la Victoria, radicales y del peronismo federal.

–¿Y con Proyecto Sur? –Con gente de Proyecto Sur todavía no hemos conversado.

Pero es muy difícil que no estén de acuerdo. Lo mismo ocurre con los socialistas, algunos radicales, la gente del GEN. Hay que tener amplitud y no preconceptos.

–¿Considera que, tal como sucedió con la ley de Medios, habrá sectores empresarios que intenten frenar esta iniciativa? –Eso lo pensé desde antes de empezar el proyecto. Pero si uno condiciona lo que quiere hacer a las dificultades que puede tener, no hace nada. Asumimos la intención de determinados sectores, pero estamos convencidos que hay que hacerlo. En las conversaciones informales con referentes de cámaras bancarias, no he tenido una oposición frontal. A ningún empresario le gusta que lo regulen, lo que quieren es la mano más libre para actuar. Pero cuando están en problemas recurren al Estado para que los auxilie.

–Algo parecido a lo que ocurrió con la Ley de Medios.

–En ese caso está claro que los sectores interesados iban a trabar y entorpecer. Pero fue una ley ampliamente aprobada con todos los atributos por ambas Cámaras y sometida a un proceso de debate profundo. Si la división de poderes posibilita la presentación de recursos, son sólo tácticas para ganar tiempo. Espero que esto tenga un final pronto cuando se expida la Corte Suprema.

–¿Cómo analiza el reagrupamiento del PJ porteño y qué consecuencias podría traer hacia la alianza que usted integra? –El PJ porteño es una fuerza política que tiene que resolver sus problemas internos. Nuestro espacio, Encuentro Popular para la Victoria, es una alianza con el Frente para la Victoria y otras fuerzas. En este espacio, que acaba de inaugurar su local central, está (el ministro de Trabajo) Carlos Tomada, (el senador) Daniel Filmus, pero también está (el legislador porteño) Francisco “Tito” Nenna y Lía Méndez. La interna del PJ la resuelve el PJ. Desde luego, esa integración que logramos el año pasado no se puede sostener de cualquier manera. Si el PJ derechiza su perfil y sus objetivos no coinciden con las otras fuerzas progresistas, ese espacio será difícil de sostener.

Si quienes lo lideren tienen una vocación de construir una fuerza política plural, autónoma, que represente e interprete a la ciudadanía porteña de clase media urbana, entonces podremos seguir trabajando. No tengo porqué ser pesimista.

“Macri no me desilusionó, me confirmó lo que es”

El diputado Carlos Heller cuestionó con dureza al gobierno porteño que encabeza Mauricio Macri, por su “absoluta inconsistencia”. En el diálogo con Tiempo Argentino, el legislador de Nuevo Encuentro calificó de “central” que la justicia avance en la causa por la identidad de los herederos de la dueña de Clarín, Ernestina Herrera de Noble.

–¿Cómo evalúa la gestión de Mauricio Macri? −Ha sido absolutamente consecuente con su manera de pensar.

Dijo que hacía cinco años que se estaba preparando para gobernar la ciudad en todas las áreas y después lo vimos deambular para reemplazar a (Mariano) Naradowski al frente de Educación y terminó en Abel Posse. ¿Dónde están esos famosos equipos? La segunda cuestión que hemos visto es la absoluta inconsistencia de sus proyectos en marchas y contramarchas en cosas de fondo pero también en las pequeñas cosas, como la mano y contramano de una avenida o el horario de carga y descarga de camiones. A mí, Macri no me desilusionó, me confirmó. Un gobierno que confronta permanentemente con la nación y la provincia, en definitiva limita la posibilidad de resolución de los problemas concretos que tienen los ciudadanos porteños.

–¿Qué opina de la Asignación Universal por Hijo? −Hemos estado de acuerdo desde siempre. De hecho, integramos el Frente Nacional contra la Pobreza (Frenapo) en 2001 pocos días antes del estallido de diciembre y uno de los puntos era la Asignación Universal para los chicos. Además, su implementación es impor tante por el impacto que ha tenido, por ejemplo, en el aumento de la matrícula escolar o sobre la demanda y el consumo, que a su vez sostiene el empleo. Es una medida excelente desde el punto de vista social y económico.

–¿Qué opina de los matices que tomó a nivel nacional la causa Herrera Noble? −Hay que terminar con las consecuencias de la dictadura, la represión y el genocidio. La búsqueda de justicia es central. Este caso es particular por las personas involucradas, pero hay que analizarlo en el marco de la búsqueda de la justicia de todas las apropiaciones ilegales de bebés en la dictadura.

La identidad no es un derecho individual sino que hay una cuestión colectiva más importante.

El cotejo de las muestras de ADN en el Banco de Datos Genético es un paso fundamental para que se esclarezca la verdad.