Hoja de ruta

19/09/2022
massa

Ámbito Financiero | Opinión

Por Carlos Heller

La inflación de agosto (7%), que solo estuvo ligeramente por debajo del valor anterior (7,4%), es un dato que preocupa. El ministro de Economía, Sergio Massa, ya había adelantado apenas asumió que julio y agosto serían los dos meses “más dificultosos en materia de inflación”.

Las fuerzas para bajar la inflación seguramente se irán afianzando a medida que el BCRA continúe reforzando sus Reservas Internacionales, dado que las expectativas de devaluación, surgidas en medio de intentos de golpe de mercado, han tenido un gran impacto durante estos meses. De hecho, el Programa de Incremento Exportador ya está dando sus buenos frutos.

A su vez, el Banco Central volvió a incrementar la tasa de política monetaria (5,5 puntos porcentuales), así como la mínima para los plazos fijos de personas humanas hasta 10 millones de pesos, ambas hasta el 75% nominal anual. Será sumamente importante que las subas sean lo más acotadas posibles en el tiempo, para no afectar el crédito productivo, la inversión y el empleo.

Está claro que para poder retomar un sendero que esté más en línea con la inflación “estructural” de la Argentina, para ir bajándola hay que recurrir a múltiples herramientas, partiendo de una mirada de reducción gradual que proteja la actividad económica y apunte a lograr mayores niveles de inclusión.

Este es el enfoque que está contenido en el proyecto de ley de Presupuesto 2023, que el gobierno acaba de presentar en la Cámara de Diputados: la hoja de ruta del gobierno para el próximo año.

Según figura en el Mensaje, en lo fundamental se plantea propender a la estabilidad macroeconómica, a la recomposición del poder adquisitivo de los ingresos y al fortalecimiento del mercado interno. También se propone “profundizar la política industrial y científico-tecnológica para estimular la inversión privada, generar más y mejor empleo y fortalecer el sector externo, por la vía del aumento de las exportaciones de bienes y servicios”. El Estado seguirá teniendo un “rol protagónico” en todo este proceso.

En cuanto a las proyecciones, el crecimiento del PIB en 2023 sería del 2%, por debajo del 4% de este año, aunque se estarían alcanzando tres años de crecimiento consecutivo, un hecho a valorar considerando el contexto, tanto el global como el doméstico. El consumo interno, el componente más representativo, crecería un 2% y marcará la senda de la actividad en general. A su vez, las exportaciones crecerían un 7,1% (+5,5% en 2022), una dinámica que ayudará a fortalecer el denominado frente externo.

También se proyecta una inflación interanual del 60%, iniciando un proceso gradual de reducción, y el tipo de cambio nominal subiría un 62,1%, con un leve incremento por sobre los precios. De esta forma se mantendrán los actuales niveles de competitividad cambiaria, adecuados en términos históricos.

En materia fiscal, las metas están en consonancia con el acuerdo que se firmó con el Fondo Monetario Internacional. Entre los aspectos a destacar aparece el dinamismo asignado a la inversión pública, que seguirá impulsando el crecimiento y asegurando su sustentabilidad en el mediano y largo plazo. Se proyecta que los gastos de capital en términos del PIB llegarán al 1,6% en 2023, por encima de los valores que dejó el anterior gobierno (1,1%, en 2019). Se iniciarán proyectos para incrementar las posibilidades de empleo, el desarrollo tecnológico y las exportaciones, orientados a disminuir las brechas de desarrollo regional y a ayudar a mitigar el cambio climático, objetivos que están fuera de toda discusión.

Este es el plan de gobierno para el próximo año, las políticas que se pretenden llevar a cabo. La primera reacción de referentes de ciertos sectores opositores fue decir que “hay un programa de ajuste”, dado que se propone reducir el déficit fiscal primario. No tienen en cuenta que el gasto público crecerá en términos reales, aunque algo menos que los ingresos totales, y por ello disminuirá el déficit. En verdad, fueron muchos de ellos y ellas quienes aplicaron programas de ajuste. Así, dejaron al país en un pozo y hoy con mucho esfuerzo se sigue tratando de resolver todos los problemas económicos y sociales heredados.

Nota publicada en Ámbito Financiero el 19/09/2022