La crisis europea se profundiza

07/05/2012

Artículo publicado por: Carlos Heller

La semana pasada La Nación publicó una nota de Paul Krugman titulada “La austeridad, un cuento de hadas que llega a su final”. Lo que dice en esa nota es básicamente que resolver los problemas vía ajuste –a eso él llama cuento de hadas- no ha hecho más que fracasar. Dice Krugman: “Desde el principio los críticos advirtieron que la austeridad en una depresión sólo agravaría esa depresión. Pero los austeristas insistieron en que ocurría lo contrario”. Acto seguido se pregunta por qué insistían en lo contrario, la respuesta es simple: por la confianza. Argumenta Krugman: ” `Las políticas que inspiran confianza alentarán en vez de obstaculizar la recuperación´, dijo Jean Claude Trichet, ex presidente del Banco Central Europeo”. Es decir, “la idea es que ese hada de confianza recompensaría a los políticos y legisladores por la virtud fiscal”, o dicho en otras palabras: si somos austeros, si ajustamos, las cosas van a mejorar.

Ese mismo día publicaron la contratara de esta situación: la pelea entre Angela Merkel y quien ayer fue electo presidente de Francia, Francois Hollande, por el Pacto Fiscal que los jefes de Estado de la Unión Europea firmaron. Sucede que Hollande venía prometiendo hace meses que de ganar las elecciones, exigiría que se modifique el pacto; mientras que Merkel asegura que el Pacto Fiscal no es negociable.

En este contexto se conocieron los nuevos datos de desocupación española que ya está en 24,4%, es decir, 5.6 millones de desempleados. Pero la situación, lejos de frenarse, empeora. Durante el año 2010, se incorporaban al paro 150.000 españoles por trimestre; en el primer trimestre de 2012, se incorporaron 370.000 españoles, un signo que da cuenta de la aceleración del proceso.

A nivel de la UE, los datos también son brutales: 24.5 millones de desocupados, de los cuales 17 millones pertenecen a la eurozona. La situación es realmente gravísima, y lo cierto es que el colchón es cada vez más finito, porque se siguen recortando los gastos de salud, los gastos de educación, las jubilaciones, y el conflicto va a ir en aumento. Por eso me gusta decir que el único límite que tiene el ajuste es la capacidad de resistencia de los ajustados. ¿Cuánto más puede el pueblo europeo seguir aguantando?