Página/12 | Opinión
Por Carlos Heller
El viernes Unión por la Patria anunció que tendrá lista de unidad y estará integrada por Sergio Massa, como candidato a presidente, y por Agustín Rossi, como postulante a la vicepresidencia. En paralelo, se conocieron las fórmulas presidenciales de Juntos por el Cambio que disputarán las PASO: Patricia Bullrich acompañada por Luis Petri y Horacio Rodríguez Larreta secundado por Gerardo Morales.
La definición de las candidaturas hace aún más visibles los dos modelos antagónicos que confrontarán en las próximas elecciones. El candidato es el proyecto y el proyecto es el candidato.
La inclusión en una de las fórmulas presidenciales del actual gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, se produce en un escenario donde la reforma de la constitución provincial y el accionar fuertemente represivo de su policía generaron una serie de pronunciamientos críticos de diversos organismos internacionales.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en una carta dirigida al gobernador Morales, afirma: “hemos recibido informaciones sobre hechos que podrían constituir un uso indebido de la fuerza en contra de personas en el contexto de las manifestaciones. La Oficina ha tomado conocimiento que al menos 20 personas han resultado heridas, incluido un joven de 17 años que sufrió trauma ocular severo y otra persona que habría sufrido un trauma craneal (…)”.
Inclusive, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, organismo dependiente de la Organización de Estados Americanos (OEA) con sede en Washington, hizo un llamamiento al Estado “a respetar el derecho a la libertad de expresión, los estándares interamericanos del uso de la fuerza, y a llevar a cabo un proceso de diálogo efectivo, inclusivo e intercultural, en que se respete los derechos sindicales y de los pueblos originarios”.
En paralelo, Human Rights Watch señaló: “llamamos a promover el diálogo y evitar el uso excesivo de la fuerza y la violencia. La reforma constitucional incluye limitaciones excesivas a la protesta que contradicen estándares internacionales de derechos humanos”.
Lo que está sucediendo en Jujuy es un laboratorio del proyecto que intentaría implementar a nivel nacional Juntos por el Cambio. Lo que dicen que van a hacer ya lo comenzaron a hacer: en Jujuy están anticipando el futuro. Ellos son el modelo del ajuste y de la represión y tratan de mostrarse como tal. En esta perspectiva, los candidatos de Juntos por el Cambio compiten en el podio por quién ofrece para el futuro más mano dura. De ese modo, Gerardo Morales muestra su lado más duro compitiendo con Patricia Bullrich, contrincante en la interna.
No hay dudas: mientras ellos apuestan por la represión y el ajuste, Unión por la Patria reivindica las mejores tradiciones de los derechos humanos, sociales y federales detrás de un proyecto de país con crecimiento, inclusión y distribución. Además de apoyar medidas que permitan resolver la crisis, nosotros seguiremos impulsando la discusión de políticas públicas con mirada estratégica en línea con un manejo soberano de los recursos naturales, con el cuidado del ambiente, los derechos territoriales y las poblaciones que habitan las distintas geografías.
En este escenario, la gravedad de lo que está sucediendo en Jujuy debería activar en Unión por la Patria nuevas alarmas: nos confirma que es indispensable impedir que el modelo de país que representa Juntos por el Cambio vuelva al gobierno nacional. Para ello, es necesario ofrecerle a la sociedad una propuesta lo más contundente, unificada y clara posible.
No debe haber dudas: mientras se cumplen los cuarenta años ininterrumpidos de democracia hay que frenar un proyecto que busca hacer compatibles democracia formal y uso intensivo de la violencia. En ese escenario, las contradicciones secundarias deberían ser colocadas en un segundo plano de oportunidad, lo que no implica restarles importancia. La consigna debe ser clara: unidos para derrotar al neoliberalismo, movilizados para discutir dentro de Unión por la Patria. Al revés sería trágico: desunidos y desmovilizados.
En todo este tiempo he venido sosteniendo la necesidad de conformar una lista de unidad y un programa para, a partir de allí, producir un ordenamiento del espacio político. Si bien las PASO son una buena herramienta para dirimir matices, en una situación como la actual lo mejor es consensuar las candidaturas. De allí, mi satisfacción con la lista de unidad que, más allá de las normales tensiones que se produjeron, pone rápidamente en la cancha nuestras propuestas y a nuestros candidatos.
Mientras tanto, durante la semana, seis presidentes latinoamericanos (Lula da Silva, de Brasil; Andrés Manuel López Obrador, de México; Luis Arce, del Estado Plurinacional de Bolivia; Gabriel Boric, de Chile; Gustavo Petro, de Colombia y Mario Abdo Benítez, de Paraguay) le enviaron al presidente Joseph Biden una carta en la que piden a Estados Unidos que apoye la negociación argentina ante el FMI. Allí sostienen que el gobierno argentino “ha estado trabajando de manera denodada para hacer frente a la excepcional deuda contraída con el FMI (…), el mayor crédito otorgado en la historia del organismo, que contó con el aval de sus principales accionistas (…). Desde la aprobación del nuevo programa con el FMI que oportunamente fuera aprobado por el Congreso Nacional, la Argentina cumplió las metas acordadas y consolidó un proceso de crecimiento, generación de empleo y ordenamiento fiscal”.
Los presidentes sostienen que la sequía “ha originado una pérdida de divisas superior al 20% de las exportaciones del país, con un efecto severo en las reservas internacionales que ha complicado el normal funcionamiento del mercado cambiario, reducido los recursos tributarios y repercutido en la inflación”. En este contexto, indican que “circunstancias extraordinarias ameritan respuestas extraordinarias, tan extraordinarias como el sobreendeudamiento provocado por el préstamo del FMI que es una de las principales causas de la situación actual”.
Se trata de un hecho político relevante: muestra que la integración regional es un proceso en marcha y en pleno despliegue.
Las cartas están sobre la mesa. Nos toca a nosotros hacer visibles nuestras propuestas y mostrar lo que haremos si la ciudadanía nos acompaña y ganamos las elecciones.
Cada minuto cuenta.
No hay tiempo que perder.