Los idus de marzo y todo lo demás. Por Edgardo Form.

01/04/2013

Al término del primer trimestre del año parecen haberse definido los grandes temas que dominarán la agenda política para todo el 2013.

Por una parte, en el terreno económico, las presiones para llevar el dólar ilegal (llamemos a las cosas por su nombre) a cifras astronómicas, indica que la puja distributiva tendrá un alto voltaje. En rigor, los operadores del mercado que empujan la divisa verde al alza tienen varios objetivos: por una parte, favorecer a los exportadores en vísperas de una nueva cosecha de soja; por otra, impulsar una fuerte devaluación que, como ha sido siempre en la historia de nuestro país, termina favoreciendo a los sectores más concentrados y perjudicando a la mayoría de la población. Pero, al mismo tiempo, estas maniobras que operan en un segmento muy pequeño, aunque con fuerte influencia en el imaginario colectivo, también tienen un propósito desestabilizador en un año electoral.

Los medios hegemónicos que representan el pensamiento concentrado de la oposición al Gobierno Nacional, actúan como pizarras del “dólar blue” generando la sensación de incertidumbre que atraviesa transversalmente a la sociedad. Ellos saben lo que pesa el tema entre los ahorristas, habida cuenta de las experiencias dolorosas que se han vivido en el pasado.

El mecanismo de intoxicación mediática es muy simple: hay un terreno lábil para recibir esas informaciones sin el filtro del pensamiento crítico. Es mucho más fácil anunciar catástrofes que explicar, serenamente, que la macroeconomía contemporánea de la Argentina es lo suficientemente fuerte como para bancarse estas corridas, que hay reservas de divisas en cantidad suficiente, que el sistema financiero está pesificado en más del 95 por ciento de los depósitos y que la gente, en definitiva, cobra y paga en pesos.

Frente a este panorama indudablemente complejo, la Presidente Cristina Fernández de Kirchner convocó días atrás a los funcionarios del ministerio de Economía y a la titular del Banco Central, para estudiar a fondo las causas de esta coyuntura agitada y adoptar las medidas que sean necesarias para volver a la normalidad. Sobre el particular, al momento de redactar esta nota no se habían hecho anuncios desde el Poder Ejecutivo nacional, pero sí se han escuchado voces de diferentes actores. Así, por ejemplo, están los que dicen que se debería dejar libre la cotización de la moneda norteamericana, para que los famosos dedos invisibles del mercado fijen su equilibrio.
Sobre el particular, al momento de redactar esta nota no se habían hecho anuncios desde el Poder Ejecutivo nacional, pero sí se han escuchado voces de diferentes actores. Así, por ejemplo, están los que dicen que se debería dejar libre la cotización de la moneda norteamericana, para que los famosos dedos invisibles del mercado fijen su equilibrio.

Quienes opinan así son los voceros del pensamiento ortodoxo, al que también debemos llamar neoliberal, cuyas políticas ya fueron aplicadas en el pasado y no hace falta que desde aquí recordemos sus nefastas consecuencias.
Por otra parte, quienes adhieren al Proyecto Nacional iniciado el 25 de Mayo de 2003, como es el caso de Carlos Heller, diputado nacional por Nuevo Encuentro y presidente del Banco Credicoop, sostienen que la especulación se combate con más regulación (ver columna de C.H. en la edición de Tiempo Argentino del 24 de Marzo último).

Además de las medidas de política económica y financiera que finalmente adopte el Gobierno, para salir al cruce de este intento de embarrar la cancha, hay coincidencia entre distintos sectores tributarios del kirchnerismo que hace falta mejorar la comunicación oficial en la materia. Un déficit que quedó en evidencia durante el conflicto con las patronales del campo frente a la Resolución 125.
También, hay que decirlo, resulta indispensable a nuestro entender que desde la conducción del Proyecto Nacional se tomen las iniciativas que desplacen de la agenda pública los temas instalados por el arco opositor.

Siguiendo con los asuntos prioritarios de la agenda, ya comenzaron a ubicarse en el terreno electoral los diferentes sectores que disputarán las bancas en el Congreso Nacional y las legislaturas provinciales incluyendo, claro está, la de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En principio se observa una gran dispersión en el arco opositor, sin que aparezca un referente al estilo del venezolano Capriles capaz de aglutinar a todos los que se ubican en la vereda de enfrente del espacio K.

En la búsqueda de conquistar a diferentes segmentos del electorado, lo que predomina no es una propuesta programática seria, sino un fuerte oportunismo en torno de alguna que otra consigna y alguna que otra alianza borgiana, por aquello de que “no nos une el amor, sino el espanto”. Verbi gracia, los acuerdos entre Fernando Ezequiel “Pino” Solanas Pacheco y Elisa “Lilita” Carrió.

Si bien falta un rato largo hasta octubre – y antes, en agosto, para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) – todo indica que la disputa será encarnizada, pero con el denominador común de atacar la imagen de Cristina y esmerilar su capacidad de conducción. O sea, en nuestra opinión, nada bueno para la mayoría de los argentinos y argentinas.
Por el lado del kirchnerismo, también hay tensiones motivadas por las señales de

Daniel Scioli, cuyas ambigüedades ya forman parte de la antología de la navegación a vela en terrenos pantanosos. Claro que no es lo único que aparece en el escenario. También habrá que ver, por ejemplo, cómo se conforma la lista de legisladores porteños de Unidos y Organizados.

A propósito de esto último, tengamos en cuenta que la composición actual de la Legislatura tienen un predominio del PRO, con veintiséis diputados y diputadas, sobre un total de sesenta.

El bloque macrista afronta el desafío de reponer a los nueve diputados que culminan su mandato y, con la aspiración de contar con mayoría propia – o sea, treinta y un legisladores -, debería incorporar quince al cabo de la contienda.

En el caso del Interbloque K, conformado por el Frente para la Victoria (FpV), Nuevo Encuentro (NE) y el Frente Progresista Popular (FPP), integrado actualmente por catorce diputados, tiene que cubrir la baja de cinco legisladores que finalizan su mandato (tres del FpV, uno de NE y uno del FPP) e ir por más, para tener mayor gravitación en el Poder Legislativo de la CABA.

Este año, salvo decisiones impensadas en este momento, se deberá diseñar una lista que contenga a las distintas vertientes que confluyen en Unidos y Organizados. Pero la incógnita es quién o quiénes ocuparán los lugares expectables de la boleta, teniendo en cuenta la importancia que tienen los candidatos en estas circunstancias.

Asimismo, sería importante que junto con las figuras que finalmente encabecen la nómina, UyO pueda presentar a los ciudadanos de la CABA una propuesta de gobierno que contraste claramente con la gestión macrista. En otras palabras, además de señalar con énfasis que nuestro objetivo es poner a la Ciudad de Buenos Aires en sintonía con el Proyecto Nacional, enunciar en un decálogo o un número acotado de puntos programáticos qué le ofrecemos a los porteños como alternativa de gobierno.

Por cierto, la agenda política para este año contiene más temas de suma importancia. Uno de ellos tiene que ver con la democratización de la justicia, cuya instrumentación es clave para poder avanzar con las transformaciones realizadas en el transcurso de la última década.

Un tema insoslayable es la vigencia plena de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, para lo cual están centradas las expectativas en los estrados judiciales y es probable que tengamos algunas novedades en el transcurso de mes de abril.
En tal sentido y sin ánimo de hacer pronósticos, al menos podemos afirmar que la cuestión no será para nada sencilla. Porque convengamos que más allá de la resolución que adopten los jueces intervinientes, aquí estamos en una confrontación entre los poderes concentrados del privilegio y un gobierno que asumió el compromiso de no dejar afuera de la Casa Rosada sus profundas convicciones democratizadoras.

El temario podría continuar, por ejemplo, con los esfuerzos para seguir fortaleciendo la integración regional, resolver cuestiones importantes en materia de intercambio comercial con Brasil, sostener el mercado interno, preservar las fuentes de trabajo decente, reducir hasta el nivel cero el trabajo no registrado, amortiguar los conflictos sindicales, seguir construyendo la fuerza propia que asegure el sostén del Proyecto Nacional y otros grandes asuntos de vital importancia para la vida presente y futura de los argentinos.

Para finalizar, todo indica que será un año muy movido, en un contexto internacional complejo y en gran medida adverso, con los viejos dilemas que atraviesan a la sociedad argentina desde hace dos siglos.

Por si eso fuera poco, la entronización de Jorge Mario Bergoglio como el flamante Papa Francisco, en el trono de San Pedro, ha motivado diversas opiniones y sus futuras acciones como conductor de la Iglesia Católica habrán de influir tanto en el espíritu como en las cuestiones estrictamente terrenales de los fieles y sus respectivos entornos.

Quien escribe estas líneas se ha ubicado con prudencia y respeto por los millones de católicos del mundo, pero especialmente de nuestro país, que tienen fe y esperanza renovada a partir de la asunción de Francisco al papado. Por tal razón, resulta oportuno recordar el precepto evangélico que señala “por los frutos lo conoceréis”.

Nota publicada en revista La Tecl@ Eñe