Ministro Guzmán: "Señores bonistas prepárense para una frustración"

27/02/2020
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Minuto Uno | Opinión Por Juan Carlos

Pisando marzo ya estamos entrando en la recta final del plazo que se puso el gobierno para resolver la reestructuración de la deuda externa. No hubo declaraciones oficiales de los encuentros entre el ministro Guzmán con los acreedores en Nueva York, pero trascendió que el funcionario les habría planteado a los bonistas que “se preparen para una frustración”. No fue un señalamiento intempestivo. El mes pasado, en Davos, el Premio Nobel Joseph Stiglitz, cercano a Guzmán, ya había dicho que los acreedores debían prepararse para “recortes significativos”.

Es que no se trata de una buena o mala voluntad del gobierno argentino. De hecho, es la misma lógica del mercado. El famoso riesgo país con el que nos intentan correr una vez más, es la diferencia de tasas de interés a la que tenemos que endeudarnos afuera, mucho más alta que la de Estados Unidos. ¿Por qué es esto? Porque se supone que los bonos del Tesoro norteamericano no tienen riesgo, entonces pagan una tasa de interés muy baja, en cambio Argentina es un país con riesgo de no pago, por tanto, a modo de compensación el mercado exige una tasa más alta como condición para prestarnos. Muy bien. Argentina se ha endeudado, de mala manera, con el gobierno de Macri. Lo que estamos señalando es que los bonistas no pueden hacerse los distraídos y pretender cobrar todo como si acá no hubiera pasado nada, como si fuéramos el Tesoro norteamericano libre de riesgos.

Si quieren cobrar todo sin quita, entonces tendrían que reintegrar las ganancias exorbitantes que tuvieron todos estos años por las tasas de interés que les pagamos porque nos calificaron de país riesgoso. O que la diferencia la tendría que pagar las calificadoras internacionales como Morgan Stanley, Standard & Poors y Moodys, quienes durante los tiempos macristas nos descalificaron para que les paguemos tasas carísimas. De allí que Stiglitz dijo que los acreedores “deberían haber sabido el riesgo”.

Así funciona el mercado. Un ejemplo palmario del tratamiento de los riesgos financieros lo está dando el coronavirus. El Banco Mundial venía financiando con bonos un programa mundial contra epidemias. Los bonistas cobraban una tasa muy lucrativa. Pero los prospectos de esos bonos tenían cláusulas que especificaban que en caso de epidemia no cobraban nada. Se trata de bonos que relacionan la cantidad de muertos con riesgo y tasas de interés. Ahora están a la espera que la Organización Mundial de la Salud defina la calificación de pandemia. Pero en este mundo tercerizado, es una empresa norteamericana con sede en Boston llamada AIR Worldwide la encargada de determinar si se pagan o no esos bonos. Bien, todo esto no es ciencia ficción, sino que es el capitalismo que desnuda sus esencias.

Cada uno sabe las reglas y los bueyes con los que está arando. Si el pueblo argentino está siendo convocado por el gobierno a realizar un esfuerzo, cada uno desde su lugar y posibilidad, cuidando a los que menos tienen, es de esperar que los bonistas de los grandes fondos extranjeros también sean compelidos a poner algo de lo que ganaron.

Además, tiene que quedar claro que estos bonistas no tendrían pérdidas propiamente dichas. Lo que se está proponiendo no implica pérdidas patrimoniales, sino que dejen de ganar tanto como pensaban. La frustración de la que habló el ministro tiene que ver con una fantasía de ganancias imaginarias, una expectativa que se ha alejado de la realidad mostrada por las altas tasas y el riesgo asociado.

¿Tendrán los fondos Blackrock, Templeton, Marathon y Fidelity tolerancia a la frustración? Una reestructuración madura sería una oportunidad para que la superen.

El país está en vilo esperando ordenar el frente externo para dinamizar la recuperación. El gobierno transita con determinación el camino de privilegiar a los afectados por la cultura del descarte, ya que “sin pan no hay democracia ni libertad”, como señaló el Presidente ante la Asamblea Legislativa.

Estos esfuerzos económicos para algunos son a su vez esfuerzos políticos que dan cuenta de la voluntad del Presidente de realizar transformaciones progresistas que mejoren la vida de trabajadores y clases medias.

Nota publicada en Minuto Uno el 27/02/2020