Once años de permanente reclamo por la soberanía sobre nuestras Islas Malvinas

04/04/2014

MALVINAS

A 32 años de una guerra iniciada por decisión de la dictadura cívico-militar desesperada por perpetuarse en el poder, sigue siendo necesario reflexionar sobre el planeamiento aventurero e irresponsable del conflicto armado, las graves violaciones a los derechos humanos cometidas contra los propios soldados argentinos y la responsabilidad de los estrategas de Estados Unidos en las determinaciones de la Junta.

Por Juan Carlos Junio

Pero un nuevo Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de las Malvinas es también una oportunidad para poner en relieve las acciones desplegadas por los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. A partir de 2003, la “Cuestión Malvinas” y la defensa de nuestros legítimos derechos sobre el Atlántico Sur se consolidaron como una política de Estado, con el objetivo de reanudar las negociaciones con el Reino Unido para lograr una solución pacífica al conflicto sobre la soberanía de nuestras Islas.

Esa política de Estado se expresa en el reclamo permanente, en todos los foros internacionales, por el fin de la ocupación británica, y tuvo entre sus principales hitos la presencia de Cristina Fernández de Kirchner, en junio de 2012, ante el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, donde reivindicó nuestra soberanía sobre las Islas. “Malvinas no es una cuestión bilateral, es una cuestión global”, dijo en esa ocasión la Presidenta, cuestión que ya había ratificado en febrero del mismo año a nivel local, cuando, en el marco del acto de desclasificación del Informe Rattenbach, en Buenos Aires, expresó: “Malvinas ha dejado de ser solamente una causa de los argentinos para transformarse en una causa latinoamericana y global".

En ese sentido, la firme postura que Argentina sostiene desde hace más de una década le valió un creciente apoyo internacional. Desde organismos regionales como la Celac, la Unasur, el Alba y el Mercosur, los 33 países de América Latina y el Caribe se pronunciaron en respaldo a los legítimos derechos de soberanía de la República Argentina. Del mismo modo lo hicieron 54 naciones que integran la Unión Africana. La Organización de Estados Americanos (OEA), las Cumbres de Países Sudamericanos y países Árabes (ASPA) y el Grupo de los 77 más China también se manifestaron a favor de la reanudación de las negociaciones.

Con un enorme acompañamiento regional e intercontinental, el persistente trabajo diplomático argentino está aislando la política colonial del gobierno británico, que se niega a reanudar el diálogo con nuestro país, en el marco de la Resolución 2065 (XX) -del 16 de diciembre de 1965- de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que invita a proseguir las negociaciones para resolver la situación de las Malvinas, en el marco de su objetivo de “poner fin al colonialismo en todas partes y en todas sus formas”.

La elevación, en diciembre pasado, al rango de secretaría de la dependencia de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los Espacios Marítimos Circundantes en el Atlántico Sur del Ministerio de Relaciones Exteriores, y la designación de un político de profunda formación y excelente trayectoria como Daniel Filmus a cargo de esa oficina, son dos acciones que ratifican la decisión de jerarquizar la “Cuestión Malvinas”. En esa órbita se pone en juego otro importante eje de la política de Estado: una de las responsabilidades de Filmus es defender los recursos económicos (principalmente petroleros, pero también pesqueros) que los británicos están explotando en forma indiscriminada en las islas.

La otra clave de la disputa la expresó, con absoluta claridad, la Presidenta, quien este miércoles denunció que el principal motivo por el que Gran Bretaña permanece en el archipiélago es que “constituye la base militar nuclear de la OTAN en el Atlántico Sur”.

La reflexión sobre la irresponsabilidad política y estratégico militar; el reconocimiento de derechos para los veteranos; el reclamo permanente por nuestra soberanía; el trabajo diplomático que cosechó amplios respaldos internacionales; la desclasificación de documentos que la última dictadura cívico militar clasificó como “secretos”; la creación de una Secretaría de Estado para abordar el tema; la decisión de trabajar junto a la Cruz Roja en el reconocimiento de los 123 soldados argentinos enterrados en las Islas como NN; y el trabajo incesante para generar conciencia ciudadana marcan estos once años de permanente reclamo por la soberanía sobre nuestras Islas Malvinas.