Segundo Trimestre

24/12/2018
Industria

Ámbito Financiero | Opinión

Por Carlos Heller

Si bien el presidente Mauricio Macri comentó que “no harían pronósticos”, los distintos funcionarios nacionales están asignando una gran probabilidad a un despegue de la economía a partir del segundo trimestre del próximo año, coincidente con la cosecha récord proyectada. Idéntica previsión acaba de informar el FMI en su segunda revisión del acuerdo. Imposible no recordar las habituales y fallidas referencias al “segundo semestre” realizadas estos años.

Con la importante caída de la actividad económica en el tercer trimestre de este año, y otra aún más fuerte que se espera para el cuarto, la mayoría de los analistas espera una caída en torno al 1,5% para 2019. Pero también los valores de referencia de este año serán muy bajos, y un pequeño rebote podría dar alguna cifra positiva en algún trimestre del próximo año, lo cual no significaría necesariamente una salida de la recesión. Más aún cuando el ajuste en el gasto público puede ser más fuerte que el esperado, debido a un comportamiento más débil de los recursos fiscales. De hecho, la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) estimó recientemente que existe “una baja probabilidad que se alcance la cifra (de recaudación) prevista en el mensaje de elevación del Proyecto de Presupuesto 2019”. El FMI también reconoció en su segunda revisión que “será crítico continuar resguardando las metas fiscales de los retos de implementación y de una recaudación más débil de lo previsto”.

La previsión sobre el próximo año no puede desvincularse de los muy negativos números que se informan día a día. El PIB cayó el 3,5% en el tercer trimestre de este año pero más preocupante es la evolución de la Demanda Agregada: el Consumo Privado mermó un 4,5%, indicando cómo está impactando la recesión sobre el poder de compra de la ciudadanía; la Formación Bruta de Capital, también conocida como Inversión Bruta Interna, se desplomó un 11,2%, y el Consumo Público mostró una reducción del 5,0%, siempre en relación a igual trimestre del año anterior. Consecuencias del ajuste (y todavía falta la mayor parte del mismo que se realizará en 2019).

La actividad industrial evidenció una caída del 6,8% interanual en octubre (con la gran mayoría de los sectores en área negativa). Además, en noviembre la construcción se redujo el 30,4% interanual según el Índice Construya, y los despachos de cemento mostraron un declive del 16%.

En este entorno, los datos de desocupación al alza eran esperables, y así sucedió: en el tercer trimestre la desocupación aumentó al 9,0%, respecto al 8,3% de igual trimestre del año anterior. También aumentaron los que están ocupados pero buscan otro trabajo, o aquellos también ocupados pero que desean trabajar más horas. La suma de estos dos segmentos, que podemos considerar como la población ocupada con problemas de trabajo, aumentó del 20,8% al 23,1%.

La situación impacta en una dinámica negativa: el aumento del precio de las canastas de pobreza e indigencia por sobre la inflación, y el incremento de las personas en condición de pobreza e indigencia. Al mes de noviembre, la canasta básica, que define la línea de indigencia para el conurbano bonaerense (GBA) evidenció un aumento interanual del 54,1% y la canasta total, que define la línea de pobreza, se incrementó un 57,3%: la inflación del GBA para el mismo período fue del 48,0%. La canasta de indigencia (compuesta exclusivamente por alimentos) comenzó a trepar fuertemente por encima de los precios generales luego de la devaluación de agosto.

En definitiva, lo comentado es un resultado más de la política de ajuste y de restricción monetaria implementada con mayor intensidad a partir de la firma de los acuerdos con el FMI. Si bien éstos reconocen ese impacto sobre los sectores más desprotegidos, la dispensa de poder utilizar hasta el 0,2% del PIB para incrementar la asistencia social (ante un ajuste total del 3% del PIB) resulta claramente insuficiente. Lo que hace falta es un cambio de rumbo que privilegie el mercado interno, las pymes y empresas de la economía social, el trabajo de calidad, las jubilaciones y pensiones, la AUH y otras prestaciones sociales, y eso no se logrará con este Gobierno.

Nota publicada en Ámbito Financiero el 24/12/2018