El 10 de diciembre pasado conmemoramos el Día de la Restauración de la Democracia y el Día Internacional de los Derechos Humanos, en conmemoración del aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, fechas con mucho sentido y significado para la ciudadanía argentina. Con el pasar de los años hemos logrado apropiarnos de la Democracia y los Derechos Humanos como valores inherentes a nuestra sociedad, aunque siempre están puestos en tensión por el conservadurismo y el neoliberalismo nacional e internacional.
Este 19 y 20 de diciembre se cumplen 20 años de aquella rebelión popular que ejerció su poder de decisión saliendo a las calles, movilizándose para decir basta a las políticas neoliberales que profundizaron los gobiernos de Menem primero y De la Rúa después, dejando una desocupación por encima del 20% y altísimos niveles de pobreza e indigencia.
Fue un hecho democrático que demostró una vez más la importancia de la movilización participativa popular, de una ciudadanía que se había hartado del rumbo que llevaba el país. El entonces presidente declaró en una primera instancia el Estado de Sitio, la represión salvaje dejó como saldo miles de heridos y decenas de muertes, y finalmente bajo la presión ciudadana De la Rúa renunció a la Presidencia, escapándose cobardemente en un helicóptero desde la Casa Rosada.
Así, nuestra democracia representativa y, en esta fecha tan sensible al pueblo argentino, altamente participativa, a fuerza del voto popular contra la dictadura militar pero también de la movilización ciudadana contra la dictadura neoliberal, ha ido consolidándose en el tiempo y fortaleciéndose en base a la memoria activa.
La Democracia y los Derechos Humanos son dos caras de la misma moneda, no podría existir una sin la otra, no podría haber DDHH sin Democracia, ni viceversa. Pero también le agregamos una tercera cara, porque decimos que para que existan DDHH y Democracia, también deben existir políticas públicas nacionales, populares, progresistas, feministas y latinoamericanistas, que entiendan la soberanía política, la independencia económica y la justicia social como banderas que deben flamear a la par de las dos primeras.
Por tal motivo, es importante en los tiempos que corren continuar trabajando bajo el lema “Memoria, Verdad y Justicia”, para el fortalecimiento de la Democracia. Y, a la par, acompañar con políticas que profundicen la construcción de comunidades inclusivas, como lo venimos haciendo desde el Partido Solidario desde el 10 de diciembre de 2019 junto a Alberto y Cristina. Estamos seguros que este combo indefectiblemente construirá sociedades más justas, soberanas y solidarias.