24 de Marzo, cuarentena y Memoria

23/03/2020

Cada 24 de Marzo la Memoria del golpe de 1976 y su estela fatídica de terrorismo de Estado tiene un significado especial.

En el 2020 lo conmemoramos nuevamente bajo un esperanzador gobierno nacional y popular, el del Frente de Todos que integramos con orgullo.

Hubo que resistir 4 años de atentados a los Derechos Humanos y a la Memoria, en medio de la destrucción del país productivo e inclusivo. Atentados brutales que hemos denunciado, a los que podemos ponerles nombres y apellidos.

A este 24 lo recordaremos de un modo muy diferente a todos los anteriores Días de la Memoria, por el peligro que constituye la pandemia del Covid-19, agravada por el achicamiento del Estado que hizo la gestión anterior.

La gran bandera con las fotos de los 30 Mil, los cánticos, los bombos, las colectivas sociales y políticas diversas con sus consignas reivindicando la lucha, las Madres y Abuelas con todo su fuerte testimonio de vida y su conmovedora y poderosa presencia, no estarán mañana en la calle, sino en el amplio corazón social y en las redes, en un acto masivo de memoria virtual sin precedentes, con millones de voluntades cuidándose en casa pero participando por todos los medios a su alcance.

Un hilo conductor une la saña dictatorial con el presente. La humanidad, amenazada por un virus que se transmite a pasmosa velocidad, redescubre que la salud es un Derecho Humano, algo que el micromundo privilegiado, rico e hiperconcentrado se ha negado empecinadamente a reconocer, al igual que los derechos sociales y económicos. Los discutió ideológicamente y también con las armas. Tuvo en los dictadores de todas las épocas un inestimable aliado voluntario y servil, tanto como en sus medios de comunicación hegemónicos, que planificadamente colaron en amplias capas sociales el sentido común de los opresores.

El “populismo”, en realidad todo ideario humanista, fue y es considerado una amenaza mayor que el peor de los virus por quienes promovieron y usufructuaron el golpismo cívico militar. Son los mismos intereses que intentaron desarmar los Estados de bienestar —protectores de los derechos básicos— en casi todo el planeta. Allí donde la destrucción del sistema público fue mayor es donde la enfermedad hace estragos.

En nuestra Patria Grande demolieron la CELAC, que contaba con una eficaz Secretaría de Salud, impidiendo en esta crisis planetaria movilizar recursos que hubieran dado una respuesta rápida, colectiva, generalizada y solidaria en todo el continente.

A pesar de la dictadura y de los siguientes momentos en que consiguieron hacerse del poder mediante el engaño combinado con la fuerza de los medios concentrados, no lograron la amnesia del pueblo.

Este pueblo no olvida y no perdona.

Honraremos con la militancia los sueños de nuestros 30 Mil hermanas y hermanos; sueños que alcanzaremos afianzando derechos y luchando por esa Patria justa que es una necesidad imperiosa.