500 días, no se aguantan más

26/08/2019

En Curitiba. Parece lejos. En Brasil, acá cerca. En una cárcel pasó 500 días. Mucho podemos decir de esta aberrante realidad, y de este injustísimo aniversario. El hecho es que hace más de un año y 4 meses Luiz Inácio Lula Da Silva perdió su libertad. La libertad corporal, su libertad física, pero también la libertad de seguir transcurriendo ese camino hacia la libertad de su pueblo.

La realidad que viven muchos países de Nuestra América es insostenible, e insoportable. Es que, después de haber construido un camino que parecía firme hacia la conformación de un bloque continental soberano, la avanzada del poder real se puede ver, e identificar, con más claridad que nunca. ¡Pero es peor! Así de evidente es la realidad, como que se comprobó que el por entonces juez Sérgio Moro sobrepasó sus competencias para fabricar una operación judicial en contra del líder del PT.

Vastas son las pruebas que aportaron desde The Intercept, pero que fueron ninguneadas en Brasil. Globo, el grupo de medios más grande de América del Sur, hizo la vista gorda a esta noticia, y la encubrió y desmintió con la misma indiferencia hacia la verdad que cuando hacía campaña a favor de Jair Bolsonaro, en base a noticias falsas.

A Lula, a nuestro compañero Presidente, lo encarcelaron cuando era candidato. Pero también lo encarcelaron fiscales que no tenían pruebas, solo convicciones. Además, lo hicieron basándose en el testimonio de un arrepentido, y no en las más de 70 personas que atestiguaron contra la teoría que intentaba abonar la fiscalía. Lo encarcelaron y ahí sigue, pero su pueblo sigue pidiendo por él. Para nosotros y nosotras, sigue siendo un ejemplo. Por eso Alberto Fernández estuvo con él, por eso no nos callamos, y por eso esta semana pedimos por su liberación en la circular que firmaron nuestros compañeros Carlos Heller y Juan Carlos Junio. Pero también las Abuelas de Plaza de Mayo, y un Premio Nobel como Adolfo Pérez Esquivel. Y eso expresa, además del pedido de libertad para nuestro compañero Lula, una muestra de la convicción que tenemos, y de la disposición que tiene nuestro movimiento.

Y hoy, en este momento crítico del gobierno de Bolsonaro, o en los días en que lo elegían para ser presidente (porque el candidato con mayor intención de votos, Lula, fue proscripto), seguimos gritando #LulaLivre, seguimos luchando por Nuestra América, por la Patria Grande unida, por el respeto de los DDHH de nuestros compañeros y compañeras que también son presos y presas políticas (como Milagro Sala), pero por sobre todo seguimos luchando, militando y construyendo por la soberanía de nuestros pueblos, por la justicia social, y por la igualdad de oportunidades de todas las personas en ésta, nuestra Patria Grande, y en cualquier lugar del mundo.

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