Construir futuro

26/02/2020

También en Neuquén las esperadas elecciones 2019 pusieron en tensión, nuevamente, dos proyectos de país: continuar con un Estado que profundizaba sus prácticas y políticas neoliberales o recuperar al Estado que “supimos conseguir” luego de la debacle neoliberal que derivó en la crisis de 2001, Estado que se fue reconstituyendo palmo a palmo desde el 2003 y hasta el 2015.

Neuquén fue escenario de un primer intento de poner en juego la capacidad de reunir a todas las voluntades (partidos políticos, gremios, movimientos, actores sociales destacados y organizaciones sociales) en pos de las banderas de un Estado que no deje a la población a merced de los caprichos del mercado.

En lo económico se destaca que —a pesar de no ser una provincia con mucha incidencia en el caudal de votos, la población es de aproximadamente 500 mil habitantes, lejos del populoso partido de La Matanza con más de un millón de votantes— es una región muy importante en el desarrollo del país en lo que se refiere a energía. El aporte de las centrales hidroeléctricas y la joya más preciada de la cuenca petrolera nacional: la formación geológica de Vaca Muerta con sus aportes al petróleo y gas para el resto del país y para exportación.

Las elecciones provinciales

En lo político–partidario no es tarea sencilla derrotar al partido político que ocupa el sillón de la Casa de Gobierno provincial.  El frente que aquí se constituyó libró una contienda con dos actores políticos: el Movimiento Popular Neuquino (MPN) y la alianza Cambiemos. El primero, con intenciones de ser reelegido (Omar Gutiérrez) y el segundo, con el intendente de la ciudad más importante de la provincia (algunos dicen también que de la Patagonia), la ciudad de Neuquén, Horacio “Pechi” Quiroga, quien gobernó durante cuatro períodos con gran capacidad de tejer alianzas coyunturales que lo sostuvieron en el poder. El MPN, partido–Estado desde hace décadas, no perdió elecciones desde su nacimiento (por proscripción del PJ) en 1961.

Los resultados fueron: de 497 mil electores, el 78% se hizo presente en el acto eleccionario, una cantidad importante de participación. El MPN logró 39,70%; Unidad Ciudadana 26,08% y Cambiemos 15,24%. Sorprendió a propios y a extraños el porcentaje que obtuvo  el ex gobernador Jorge Sobisch (de extracción del MPN): 9,87%.

Según los portales porteños: “El kirchnerismo perdió en Neuquén” pero en realidad quien fue derrotado fue el proyecto de Cambiemos, con resultados muy lejos de los esperados tanto por los abanderados locales como por los que habitaban en ese momento la Casa Rosada.

Las elecciones de 2019 marcaron un punto importante de construcción de una amplia unidad del espacio nacional y popular para enfrentar a la alianza Cambiemos, incluyendo a sus socios económicos.

Las elecciones municipales

El resultado de las PASO ya había incidido en los ánimos de la población, se estaba concretando un viraje en el modelo de sociedad, de país.  El acto eleccionario había cobrado valor, la democracia respondía, una vez más, a las aspiraciones de un pueblo ahogado por la crisis económica y maltratada en su dignidad. Ir a votar, en este contexto, se convirtió en un acto de construcción de futuro, y no ya una mera obligación legal.

El escenario, desde lo partidario, fue bastante parecido al de las elecciones provinciales. El MPN, con una fuerte apuesta a recuperar la ciudad de Neuquén en manos del quiroguismo por dos décadas, Cambiemos, quienes no tenían a su caudillo como principal candidato sino a un cercano y eterno colaborador.

En el marco del trabajo militante del Frente de Todos, el PSol participó de manera activa y dinámica en la conformación de un equipo que se destacó por su juventud, compromiso con la propuesta y fuerte presencia femenina.

Los resultados fueron: Mariano Gaido (MPN), 39%; Marcelo Bermúdez (hombre del PRO), 30%. En tercer lugar aparece Sobisch con 10%, seguido del candidato del Frente de Todos, Marcelo Zuñiga , con el 8%.

Con una millonaria apuesta publicitaria y asistencialista, Gaido se sumó al discurso de ser la opción a Cambiemos, que venía golpeado de unas recientes PASO. Ya no asombró, pero si volvió a preocupar el importante caudal de votos del sobischismo. Un personaje nefasto para la democracia y la política neuquina, representante de los discursos más reaccionarios y represivos de este último tramo de historia política provincial.

El Frente de Todos supo armar un equipo de representantes de distintos partidos y organizaciones sociales que sostienen las banderas del proyecto de emancipación nacional, popular y latinoamericana, que continúa hoy, reforzado con la presencia de una nueva concejala (Ana Servidio), quien junto a Zúñiga representa todas estas voces.

Neuquén, ciudad y provincia donde relucen los contrastes

La frase “Neuquén, donde estuvo el Paraíso” corresponde a una reflexión de Don Jaime de Nevares, primer obispo de Neuquén, (emblemático defensor de los más empobrecidos, los trabajadores, los pueblos originarios y acérrimo defensor de los DD HH, sobre todo durante la genocida dictadura militar que asoló el país entre el 76 y el 83). Estas fueron sus palabras, que ya forman un documento histórico: “Neuquén, la «Provincia de los Grandes lagos», el lugar donde estuvo el Paraíso, el Edén de los Turistas, es una de las provincias argentinas donde la mano de Dios fue más pródiga en derramar bellezas y riquezas. Los slogans turísticos nunca han sido mejor aplicados. Pero, al mismo tiempo, es una de las provincias donde abunda el raquitismo infantil, la tuberculosis, la hidatidosis, donde la diarrea estival hace estragos diezmando las cunas de las familias humildes, aquí sí, no todo lo que reluce es oro. ¿Por qué este contraste? Es muy fácil explicarlo: una es la mano de Dios y la otra es la mano de los hombres. De los habitantes de la provincia, los más castigados con estos verdaderos flagelos, son los indígenas «mapuches» (gente de la tierra). Su mismo nombre es una paradoja; porque ellos, que eran los dueños de estas tierras a la llegada del blanco (huinca), han sido acorralados en el sentido estricto de la palabra en tierras llamadas «reservas indígenas», que son en su mayoría verdaderos pedreros yermos.” (1969).

Esta descarnada descripción nos ayuda a comprender un poco más las profundas desigualdades que hay en esta provincia, y que son fruto de una larga y constante política (o antipolítica). A las bellezas paisajísticas hay que sumarle los recursos hidroeléctricos y las regalías petroleras que abultan el presupuesto neuquino.

¿Qué pasa entonces, que los contrastes sociales, lejos de apagarse, se profundizan? Ya en  los 90, de la mano del entonces gobernador Sobisch, la pobreza y la indigencia subían a los valores más altos en la Patagonia, en el cordón urbano más poblado (Neuquén – Plottier), justo en el momento que en la provincia ingresaba dinero de manera extraordinaria por la privatización de empresas estatales. Otro dato a través de un estudio de la Universidad Nacional del Comahue (septiembre de 2015): “Neuquén tiene el peor índice de distribución de la riqueza del país. Del informe se desprende que los más ricos ganan 40 veces más que los más pobres. Como dato final, para el año 2014 se registra que el 47% de la población neuquina es de clase baja y la brecha, entre los dos niveles de ingresos extremos es de 40 veces”.

Ni un paso atrás. “La única lucha que se pierde es la que se abandona”

Los males de la Democracia se curan con más Democracia. Pero con una Democracia que, entre otras cosas, tiende puentes y va en busca del otro. Seguramente la convocatoria de Cristina Fernández al decir “la Patria es el otro” nos da el claro sentido de una Democracia hermanada, sostenida en la solidaridad: La Democracia es para construir un país para todos y todas.

Desde el PSol Neuquén hemos apostado a pensarnos así, trabajando con todes. Pues la Democracia, desde nuestra perspectiva es eso: incluir. No concebimos la Democracia como un solo discurso, una sola voz, sino que la pluralidad de voces e ideas son las que van conformando un pueblo que participa activamente.

Trabajamos en pos de un Neuquén intercultural, decolonial, participativo, que construya y sostenga una economía que integre y anime a todos los sectores, sosteniendo la educación y la salud pública como las principales acciones de gobierno, junto a la garantía de los derechos de los y las trabajadores y el desarrollo de viviendas. Es nuestro rumbo, nuestra premisa de trabajo, y por ello hemos trabajado con entusiasmo y esmero en la construcción de los frentes donde comulgan partidos y organizaciones sociales que sostienen estas banderas.

Se hizo mucho, en este reciente 2019, pero queda mucho por hacer. Esa es nuestra tarea aquí estamos, con “el optimismo de la voluntad” más la fuerza de las ideas y el constante trabajo y compromiso que tienen los y las compañeros/as referentes de nuestro espacio. Sabemos que, más temprano que tarde, tendremos el Neuquén, el país, la América Latina que nos merecemos.