Eligiendo futuro

06/03/2019

El 22 de febrero se llevó a cabo nuestro Plenario de la Militancia de CABA en un año impactado por la grave crisis económica, política y social, y las elecciones, que son la gran oportunidad para permitirnos desalojar a este gobierno neoliberal.

Con toda la dificultad que implica no quedar atrapados en un debate estéril entre conjeturas y dudas sobre las candidaturas presidenciales - cuestión en la que ya tenemos bastante con lo que a diario nos sumergen los medios hegemónicos al mostrarnos los candidatos que le convienen al poder real- pusimos el eje del debate en nuestro apoyo primario a Agustín Rossi basado en “qué y dónde” debemos acumular de acá a que se defina esta candidatura. La mira está puesta entonces en la defensa irrestricta de un modelo de país, de un Estado fuerte y sostén, de políticas públicas claramente a favor de la gente, de un programa de unidad y gobierno al servicio de estas premisas.

Lo contrario nos llevaría a una unidad y liderazgos vacíos de la política que proponemos y defendemos como necesaria para nuestra Patria.

Fue intensa y recurrente en todas las intervenciones, la preocupación por el tema de la comunicación, las formas y el lenguaje. La necesidad de alcanzar empatía con los votantes, y de salir de una “resistencia de trinchera” que en general nos ubica en un lugar de poca llegada a la mayoría. La campaña electoral que será una altísima contienda en la batalla cultural, nos obliga a encontrar comprensión, y además de pelear esencialmente votos, a avanzar en la construcción de ciudadanía entre los electores, a poner la política justamente en el lugar contrario al que pretende desde hace años ubicar la derecha.

Queda también expresado en este Plenario un eje central relacionado a nuestro Partido y su responsabilidad en la hora. Porque el 27 de octubre no elegiremos el futuro acabado, cerrado. Por supuesto que es determinante el resultado de esa elección para el rumbo, pero en toda la construcción de unidad previa y su programa está en juego la posibilidad de alcanzar un gobierno que pueda bancarse el embate luego, o lograr uno que apenas administre la terrible hipoteca que nos deja el macrismo.

Y en esa construcción tenemos una alta misión en la Ciudad de Buenos Aires, para llegar allí con los mejores candidatos a legisladores y comuneros: proponer nuestros referentes en todos los ámbitos de esa disputa sin medias tintas.

Y esa responsabilidad se potencia centralmente, porque la lucha social y política continuará, con nuevos desafíos y escenarios, y es allí que necesitaremos seguir creciendo, ser más.

Más en número (adherir=afiliar), más en calidad propositiva y comunicativa, más formados. Más inclusivos para que ocupen jóvenes y mujeres el espacio que les corresponde.

Más abiertos, atractivos y dinámicos nuestros locales, para llegar a los vecinos y para conocer a fondo las problemáticas en cada Comuna.

Casas de la cultura y la solidaridad, reflejo y espejos de esa otra idea de país de la que hablamos, de una idea de unidad que propugnamos, de esta otra idea de partido que encarnamos, con identidad propia y altas convicciones al servicio del país y su gente.

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